Impuestos
Las manifestaciones de disconformidad de la población –más allá de que se canalicen contra el oficialismo o la inacción de la oposición–, en el fondo delatan la incapacidad para generar instituciones racionales y equitativas. Un ejemplo concreto es la degradación de la relación entre la Nación y las provincias. Según la Constitución Nacional de 1994, antes del año 1996 debía sancionarse una nueva ley de coparticipación federal. Pero la desidia y el oportunismo generaron las condiciones para una centralización extrema que es la fuente de las arbitrariedades.
VEREl sector público presenta un alto y creciente déficit, por eso necesita cobrar más impuestos. El origen de los desequilibrios radica en decisiones avaladas con amplios consensos, como las estatizaciones, las moratorias previsionales, el aumento del empleo público y el atraso tarifario. El hecho de que todo lo recaudado por el impuesto a las ganancias de las personas financie apenas un cuarto de los subsidios a empresas públicas y privadas ilustra la magnitud fiscal de estas decisiones. Por eso, carece de lógica avalar estas políticas y simultáneamente rechazar el aumento de impuestos a las ganancias. A menos que se pretenda que el mayor gasto público lo paguen los más pobres con más impuesto inflacionario.
VERLas polémicas que se desataron ante el anuncio –luego desmentido– de que se actualizarían los mínimos no imponibles del impuesto a las ganancias desnudan contradicciones y una alta dosis de hipocresía. En los discursos se defiende enfáticamente la idea de un sector público con alta participación en la economía, ocupando un rol activo a favor de una distribución del ingreso más igualitaria. Pero, en paralelo, es muy fuerte el rechazo a aportar financiamiento al Estado a través del impuesto a las ganancias de las personas, el tributo que más contribuye a la igualdad social.
VERInformación referida a las 500 empresas más grandes del país muestra que en los últimos años los impuestos y los salarios crecieron muy por encima del valor agregado y que este proceso se sostuvo gracias a la expansión de los subsidios. Se ha llegado al punto en que las grandes empresas reciben del Estado montos equivalentes a casi un cuarto de su masa salarial. El hecho de que para muchas de las empresas líderes sea más importante congraciarse con los funcionarios para captar subsidios y otras prebendas, que invertir, innovar e incorporar tecnología, ilustra de manera clara la urgente necesidad de un cambio de estrategia como país.
VEREl vertiginoso crecimiento de la presión impositiva llevó a que los argentinos nunca pagaran tantos impuestos como en la actualidad. Junto con ello, se dio un inédito proceso de concentración de recursos fiscales a favor de la Nación. Dado que la responsabilidad por los principales servicios estatales es de las provincias, este proceso explica la contradicción entre impuestos que aumentan y servicios que empeoran. Peor aún, induce a la baja calidad en la gestión del Estado generando crecientes desequilibrios que la Nación financia con emisión monetaria y las provincias con endeudamiento y altos riesgos de regreso a las cuasi-monedas.
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