Informe Nº: 45626/08/2012
El INDEC estimó que en Resistencia la tasa de desempleo estaría muy próxima al 0%. El ente también advierte que la muy baja tasa de desempleo abierto está asociada a una alta proporción de personas en edad de trabajar que declara no estar interesada en insertarse en el mercado de trabajo. Esto, en la mayoría […]
El INDEC estimó que en Resistencia la tasa de desempleo estaría muy próxima al 0%. El ente también advierte que la muy baja tasa de desempleo abierto está asociada a una alta proporción de personas en edad de trabajar que declara no estar interesada en insertarse en el mercado de trabajo. Esto, en la mayoría de los casos, manifiesta un problema laboral peor que el desempleo. En este sentido, la información del INDEC confirma la urgencia de instrumentar reformas que apunten a promover la generación de empleos, poniendo especial énfasis en revertir la discriminación que la legislación laboral e impositiva impone al interior del país.
El INDEC actualizó la información sobre indicadores laborales al 2° trimestre del 2012. Del informe llamó la atención que en la ciudad de Resistencia, Provincia de Chaco, la tasa de desempleo abierto se estima en sólo el 0,4% de la población económicamente activa. Esto representaría menos de 600 personas sin trabajo en la capital chaqueña. Este nivel de desempleo contrasta con los niveles que se observan en el resto del país donde la tasa de desempleo en los grandes aglomerados urbanos ascendió en el mismo período a 7,2% de la población activa lo que representa unos 840 mil desocupados.
Para descubrir el verdadero significado del fenómeno que se observa en Resistencia es útil apelar a datos desagregados del INDEC, para lo que se cuenta con información al 4° trimestre del 2011, y observar el estado de situación laboral de la gente en edad de trabajar. Tomando, para fines de simplificación, las personas con entre 20 y 60 años de edad de Resistencia y del total de país se observa que:
· En Resistencia, del total de la gente con entre 20 y 60 años, el 60% trabaja o busca activamente un trabajo.
· En el promedio del total país, para el mismo grupo de edades, el 76% trabaja o busca activamente un trabajo.
· Esto significa que, si Resistencia tuviera la tasa de participación laboral entre gente de 20 a 60 años que prevalece en el promedio nacional, su tasa de desempleo no sería del 0,4% sino del orden del 21%.
Estos datos muestran que en Resistencia hay una enorme proporción de gente que tiene edad de trabajar (entre 20 y 60 años) pero que no sale a buscar trabajo, o sea, se mantiene fuera del mercado laboral. Apenas 6 de cada 10 personas en edad activa participa en el mercado de trabajo, mientras que las 4 de cada 10 restantes son amas de casa, estudiantes o personas que no estudian ni trabajan. Si estas personas comenzaran a buscar trabajo, la tasa de desempleo sería hasta 3 veces más alta que la observada para el promedio nacional. Este fenómeno se conoce como “desempleo oculto” y se integra por gente desalentada debido a falta de oportunidades y/o escasas habilidades para el empleo.
El desaliento en el mercado laboral está asociado a dos déficits básicos. Por un lado, es el reflejo de carencias en el nivel de educación y la formación para el trabajo. Para mucha gente con reducidos niveles de capital humano son muy bajas las posibilidades de conseguir un empleo que genere un nivel de ingresos que justifique el esfuerzo de ir a trabajar. Por otro lado, el gran déficit de inversión en capacidad productiva deriva en que la cantidad de empleos que genera el sistema productivo no sea acorde con el tamaño de la población.
El gobierno provincial, consciente del problema, implementó un subsidio al pago de las contribuciones patronales con destino a ANSES y PAMI para los nuevos puestos de trabajo. La iniciativa es bien intencionada, pero insuficiente para la magnitud del problema, insostenible financieramente y altamente regresiva desde el punto de vista de la distribución geográfica del ingreso. El Estado nacional impone costosas trabas y cargas sociales a la generación de empleos registrados, al punto tal que sólo las empresas más productivas las pueden cumplir. Pero como en las regiones más pobres estas empresas no se radican espontáneamente, las provincias deben usar sus escasos recursos provinciales para compensar la discriminación que les impone la legislación laboral y tributaria.
La paradoja de que una provincia pobre use fondos fiscales para subsidiar las elevadas cargas sociales que impone el Estado Nacional testimonia la irracionalidad del sistema impositivo argentino. El país necesita un sistema tributario más amigable con la producción y la generación de empleos, y un régimen de coparticipación federal de impuestos consistente con los roles de cada jurisdicción. Desde el punto de vista de la generación de empleos de calidad, las provincias deberían invertir en educación, salud e infraestructura, en lugar de subsidiar los costos al empleo que impone la Nación.