Entre los principales factores causales se vislumbra que la informalidad está fuertemente asociada al nivel educativo del trabajador; al tamaño de la empresa; a la alta complejidad administrativa; y a los altos impuestos al trabajo.
El contexto nunca fue tan favorable para reducir la informalidad. Sin embargo, existen evidencias de que la presión impositiva y burocrática supera las capacidades de un amplio segmento del sistema productivo donde prevalecen limitados niveles de productividad. El no incorporar dentro de la agenda de la política laboral la simplificación de trámites, la seguridad jurídica y la reducción de la carga impositiva sobre los salarios más bajos, se incurre en un error estratégico que tiene profundas implicancias sociales negativas.





