Para dinamizar el empleo no alcanza con aumentar el PBI - IDESA

Informe Nº: 110229/12/2024

Para dinamizar el empleo no alcanza con aumentar el PBI

Se espera que el próximo año la economía crezca y con ello el empleo formal y el salario real. Pero las evidencias muestran que para que esto ocurra se necesitan mejores regulaciones laborales. Un aspecto central es darles la libertad a las empresas para que negocien con sus trabajadores por fuera de los convenios colectivos. 

Los indicadores laborales del INDEC para el 3° trimestre del 2024 dan señales claras de la falta de empleo. Comparando contra igual trimestre del año anterior surge que las personas laboralmente inactivas, los desocupados, los subocupados y ocupados plenos demandantes de empleo aumentaron. Dentro de los ocupados, los que aumentaron son los cuentapropistas. Esto no es de extrañar considerando que la economía está atravesando una contracción producto de los ajustes que se hacen para bajar la inflación.

La confianza del gobierno es que el año próximo la economía se recupere y que esto motorice la expansión del empleo asalariado registrado en empresas privadas. Algunos economistas proyectan esta mejora en base a suponer una elasticidad empleo-producto del 0,7. Es decir, por cada 1% de crecimiento económico, el empleo asalariado registrado en empresas privadas sube 0,7%. Si la producción se recupera rápido se comenzaría a revertir la muy degradada situación laboral.

El planteo asume que hay una relación automática entre crecimiento económico y creación de empleo formal. Observando los movimientos del mercado de trabajo en el último año se puede indagar cuan estrecha habría sido esta relación. Según la Secretaría de Trabajo en el tercer trimestre del 2024 se observa que:

  • El Producto Bruto Interno (PBI) cayó 2,1% respecto a igual período del año anterior.
  • El empleo asalariado registrado en empresas privadas cayó 2,6% respecto a igual período del año anterior.
  • El salario real mostró un aumento de 3,1% respecto al trimestre anterior.

Estos datos sugieren que el empleo formal no solo depende de la actividad económica sino también del salario real. En el 3° trimestre la destrucción de empleos tendió a ser mayor que la caída del PBI, justo cuando los salarios reales empezaron a dar indicios de crecer. Esta tendencia se observa desde hace un año. Entre el 3° trimestre del 2023 hasta el 1° trimestre del 2024 la producción y el salario real cayeron, mientras que el empleo se mantuvo estancado. A partir del 2° trimestre del 2024 la economía atenuó su caída y el salario real empezó a recuperarse, mientras que el empleo asalariado privado registrado pasó a caer.

Estas tendencias no son concluyentes, pero alertan que el empleo formal depende no sólo del PBI sino también del salario real. Asumiendo que la baja de la inflación se mantiene el próximo año, es previsible que el salario real se recupere y, por lo tanto, que la generación de empleos sea débil. En otras palabras, de no mediar cambios en las instituciones laborales que permitan a las empresas adaptarse al entorno sin inflación se corre alto riesgo de que el crecimiento económico se produzca con bajo crecimiento del empleo. Los riesgos se potencian con un tipo de cambio real bajo y apertura que promueve la importación de tecnologías intensivas en capital. En la jerga de los economistas, con estabilidad y malas regulaciones laborales, la elasticidad empleo-producto puede ser bastante inferior a 0,7.

El Congreso avanzó en algunas áreas de la legislación laboral. Entre los puntos más importantes eliminó la multiplicación de la indemnización por despido y extendió el período de prueba. Pero el contexto demanda reformas más ambiciosas. Una esencial es fijar un orden de prelación que haga que el acuerdo individual y a nivel de la empresa estén por encima de la negociación colectiva del sindicato central. Esto implica que la Secretaría de Trabajo permita el desenganche de las empresas del convenio colectivo sectorial para negociar con sus trabajadores condiciones laborales propias. Así, las empresas podrán expandir su producción aumentando de manera simultánea tanto el empleo como los salarios.

La paritaria de camioneros es muy ejemplificativa. Las cámaras empresarias y el sindicato de camionero acordaron a nivel centralizado aumentos que conspiran contra el plan de estabilización. Esto llevó a la paradoja de un gobierno libertario interfiriendo en un acuerdo entre privados. Mucho más conducente y consistente es permitir el desenganche. Esto es, darle la libertad a cada empresa a que negocie con sus trabajadores condiciones salariales propias por fuera del convenio de camioneros. 

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