Ajuste
La historia argentina está signada por las crisis originadas por un Estado que sistemáticamente gasta por encima de sus posibilidades. Para no perseverar en el fracaso es fundamental trascender el ajuste tradicional adoptando medidas más ambiciosas e innovadoras en el proceso de ordenamiento del sector público. (más…)
VEREl vertiginoso aumento en el gasto público de los últimos años fue a costa del consumo de las familias y las inversiones de las empresas. Por eso, posponer el ajuste en el Estado implica fatalmente profundizar el ajuste sobre las familias y las empresas. La manera de mitigar este costo social es acelerando la modernización del Estado de manera que se reduzca la cantidad de recursos que absorbe y aumenten la cantidad de servicios e infraestructura que ofrece.
VERMientras que en la campaña electoral se evita abordar definiciones con relación al desorden fiscal, el gobierno propuso en el proyecto de Presupuesto 2016 un importante ajuste en el gasto público. Explícitamente contempla recortar subsidios económicos y obra pública. Pero los desequilibrios son tan grandes que, de manera solapada, también propone ajustes sobre prestaciones sociales y salarios públicos al contemplar aumentos nominales en estos ítems inferiores a la inflación real.
VERLos países europeos en crisis dirimen entre aplicar una reducción explícita y nominal de salarios y gasto público, o apelar a la inflación para realizar el mismo ajuste, pero a través de licuar las remuneraciones y el gasto del Estado. Esto último es lo que hizo la Argentina en los años 2002 y 2003 cuando aplicó una fuerte licuación de salarios vía inflación. Lamentablemente, las dificultades fiscales de las provincias y la pérdida de competitividad de las empresas sugieren que, sin un cambio de rumbo, la Argentina va camino hacia un nuevo ajuste.
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