Endeudamiento
El gobierno presentó el proyecto de presupuesto para el ejercicio 2017. Un aspecto muy positivo es que se recupera el presupuesto como instrumento de planificación de la política pública luego de más de una década de oscurantismo y manipulación. La principal debilidad es que se observa una inercia que limita los avances hacia una mejor organización del Estado. Esto lleva a un crecimiento del endeudamiento público que no es sostenible en el tiempo.
VEREn otro paso por normalizar la economía, el gobierno presentó una propuesta formal para regularizar la deuda con los acreedores que rechazaron los canjes. Queda pendiente que sea aceptada por los tenedores de bonos y luego aprobada por el Congreso. Pero el desafío más importante y complejo es garantizar que las nuevas oportunidades que se abrirán con el financiamiento internacional sean utilizadas en infraestructura y no para cubrir sueldos y otros gastos corrientes.
VERLa euforia por el acuerdo con el Club de París es arrebatada. En condiciones normales recuperar capacidad de crédito es positivo. Pero en un contexto de déficit fiscal muy alto y creciente puede ser destructivo. Firmar compromisos que deberán afrontar los próximos gobiernos para financiar el déficit fiscal con más endeudamiento es prolongar la agonía e hipotecar el futuro. Para que el financiamiento internacional pueda ser asignado a inversiones productivas, primero hay que reconstruir el Estado.
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