INDEC
El retorno de la medición de la pobreza y la indigencia confirman que mucha gente sufre privaciones materiales. El dato debería motivar autocrítica, especialmente en torno a la sobreestimación de los impactos que se esperaban del asistencialismo. Limitándose a repartir dinero no se logrará erradicar la indigencia ni mucho menos la pobreza. Además de ayuda social, se necesita estabilidad de precios, maternidad responsable y facilitar la inserción laboral de las mujeres.
VEREl INDEC corrigió la medición de la Línea de Pobreza. Nuevamente se podrá medir como corresponde la incidencia de la marginalidad social y mejorar el análisis de sus causas. Aquí hay que destacar la fuerte asociación entre pobreza e informalidad laboral. Para superar la tajante segmentación entre trabajadores formales e informales es imprescindible multiplicar la cantidad de empresas, mejorar la calidad de la educación y modernizar las instituciones laborales.
VERLa difusión de los primeros datos laborales emitidos por el INDEC en su proceso de normalización generó alarmas. La información más comentada es el crecimiento de la tasa de desempleo. Sin embargo, el aumento se debe a que personas que hace un año se registraban como inactivas ahora se registran como desocupadas. Más allá de la cuestión estadística, la escasez de empleos es grave y justifica una estrategia integral que demanda mucha innovación y audacia política.
VERLa revisión de las estadísticas oficiales confirma que las manipulaciones del INDEC sobreestimaron el PBI y que el gobierno anterior sólo logró alto crecimiento económico mientras los salarios fueron bajos y los precios internacionales altos. La actitud de distorsionar las estadísticas oficiales merece un rotundo “nunca más”. Pero además es fundamental avanzar en una estrategia de crecimiento que no se base en bajos salarios sino en aumentar la productividad.
VERConcluido el mandato del gobierno saliente emergen los pasivos ocultos. Aunque la manipulación de las estadísticas oficiales genera dudas, en materia laboral la peor herencia no es el desempleo sino la alta y creciente inactividad laboral. Muchas mujeres adultas y jóvenes, que podría trabajar, no lo hacen por la falta de oportunidades y aletargadas por la proliferación del asistencialismo. Para revertir el fenómeno se requiere capacidad de diálogo, audacia política y profesionalismo.
VERSegún el INDEC, la producción está estancada y los relevamientos privados señalan que está cayendo. En cualquier caso, sin crecimiento y recuperados los salarios luego de la “licuación” producida por la mega devaluación del año 2002, se agotaron las fuentes de creación de empleo sin que se hayan superado los problemas del mercado de trabajo. Esto señala la importancia de que a futuro se aplique más creatividad en la formulación de la política laboral.
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