INDEC
La difusión de los primeros datos laborales emitidos por el INDEC en su proceso de normalización generó alarmas. La información más comentada es el crecimiento de la tasa de desempleo. Sin embargo, el aumento se debe a que personas que hace un año se registraban como inactivas ahora se registran como desocupadas. Más allá de la cuestión estadística, la escasez de empleos es grave y justifica una estrategia integral que demanda mucha innovación y audacia política.
VERLa revisión de las estadísticas oficiales confirma que las manipulaciones del INDEC sobreestimaron el PBI y que el gobierno anterior sólo logró alto crecimiento económico mientras los salarios fueron bajos y los precios internacionales altos. La actitud de distorsionar las estadísticas oficiales merece un rotundo “nunca más”. Pero además es fundamental avanzar en una estrategia de crecimiento que no se base en bajos salarios sino en aumentar la productividad.
VERConcluido el mandato del gobierno saliente emergen los pasivos ocultos. Aunque la manipulación de las estadísticas oficiales genera dudas, en materia laboral la peor herencia no es el desempleo sino la alta y creciente inactividad laboral. Muchas mujeres adultas y jóvenes, que podría trabajar, no lo hacen por la falta de oportunidades y aletargadas por la proliferación del asistencialismo. Para revertir el fenómeno se requiere capacidad de diálogo, audacia política y profesionalismo.
VERSegún el INDEC, la producción está estancada y los relevamientos privados señalan que está cayendo. En cualquier caso, sin crecimiento y recuperados los salarios luego de la “licuación” producida por la mega devaluación del año 2002, se agotaron las fuentes de creación de empleo sin que se hayan superado los problemas del mercado de trabajo. Esto señala la importancia de que a futuro se aplique más creatividad en la formulación de la política laboral.
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