Infraestructura
Se multiplican las evidencias de altos niveles de corrupción. Esto no debería sorprender ya que, si bien en los últimos años se invirtió menos en infraestructura, la centralización de decisiones en funcionarios nacionales aumentó las oportunidades de malversación. Para lograr más transparencia no alcanza con funcionarios honestos y mejor acción judicial. Se necesita innovar en la institucionalidad que regula la articulación del Estado con el sector privado.
VERLa insuficiente inversión en infraestructura cercena las posibilidades de desarrollo económico y progreso social. El problema no se origina en la falta de recursos sino en la priorización de gastos corrientes que generan réditos políticos inmediatos y en resabios de atávicas convicciones ideológicas que sostienen que el sector privado no debe intervenir en este sector. La experiencia de otros países, y la de la propia Argentina, señalan que es posible duplicar la tasa de inversión en infraestructura en base a una inteligente articulación entre el sector público y el privado.
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Las inundaciones son una prueba concreta de las carencias de infraestructura que sufre la ciudadanía y la actividad productiva. No es un problema de disponibilidad de recursos públicos sino de capacidad para administrarlos a favor del bienestar general. Para financiar las obras hídricas que permitan evitar o mitigar las inundaciones alcanzaría con redestinar los fondos estatales que se dilapidan en Aerolíneas Argentinas. Con un manejo más profesional, federal y honesto del sector público se podrían evitar los enormes daños que producen las inundaciones.
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