Inversión
La Participación Público Privada es una moderna herramienta de gestión pública muy utilizada en los países desarrollados y en varios de América Latina. En la Argentina no se utilizó aún cuando su potencial es enorme. A partir del próximo año empezará a concretarse pero para que brinde buenos resultados es fundamental profesionalizar los organismos públicos de contrataciones, transparencia y una estrategia que evite la concentración de proyectos en Buenos Aires.
VERAún cuando se hizo un gran esfuerzo para aumentar la inversión en educación, las mediciones de la calidad confirman la decadencia. La nueva ley que se propone debatir persiste en el camino de sumar recursos a la infraestructura escolar y a los docentes. Más pertinente sería asumir que la crisis es terminal y que la vía para superarla es revolucionando las escuelas en base a un uso intensivo e innovador de las nuevas tecnologías junto con el replanteo del rol de los docentes.Aun cuando se hizo un gran esfuerzo para aumentar la inversión en educación, las mediciones de la calidad confirman la decadencia. La nueva ley que se propone debatir persiste en el camino de sumar recursos a la infraestructura escolar y a los docentes. Más pertinente sería asumir que la crisis es terminal y que la vía para superarla es revolucionando las escuelas en base a un uso intensivo e innovador de las nuevas tecnologías junto con el replanteo del rol de los docentes.
VEREl vertiginoso aumento en el gasto público de los últimos años fue a costa del consumo de las familias y las inversiones de las empresas. Por eso, posponer el ajuste en el Estado implica fatalmente profundizar el ajuste sobre las familias y las empresas. La manera de mitigar este costo social es acelerando la modernización del Estado de manera que se reduzca la cantidad de recursos que absorbe y aumenten la cantidad de servicios e infraestructura que ofrece.
VERSe multiplican las evidencias de altos niveles de corrupción. Esto no debería sorprender ya que, si bien en los últimos años se invirtió menos en infraestructura, la centralización de decisiones en funcionarios nacionales aumentó las oportunidades de malversación. Para lograr más transparencia no alcanza con funcionarios honestos y mejor acción judicial. Se necesita innovar en la institucionalidad que regula la articulación del Estado con el sector privado.
VERLa insuficiente inversión en infraestructura cercena las posibilidades de desarrollo económico y progreso social. El problema no se origina en la falta de recursos sino en la priorización de gastos corrientes que generan réditos políticos inmediatos y en resabios de atávicas convicciones ideológicas que sostienen que el sector privado no debe intervenir en este sector. La experiencia de otros países, y la de la propia Argentina, señalan que es posible duplicar la tasa de inversión en infraestructura en base a una inteligente articulación entre el sector público y el privado.
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La propuesta de “blanqueo” genera escepticismo y rechazo por sus negativas connotaciones morales. De todas formas, es un avance que la escapada del dólar se tome como una señal de que son necesarios cambios de política. Lamentablemente se parte de un diagnóstico equivocado ya que el problema central no es el origen de los ahorros “en negro” sino el fuerte desaliento a invertir en el país. Prueba de ello, es que la Argentina recibe mucha menos inversión extranjera directa que otros países de la región.
VERSe argumenta que la estatización de YPF permitirá evitar el envío de remesas de utilidades al exterior. Sin embargo, mucho más inteligente es crear confianza y oportunidades de negocios para que las entradas de nuevos capitales extranjeros sean superiores a las remesas al exterior. Este es el camino que siguen con éxito, por ejemplo, Brasil y Chile. En la Argentina, al despreciar el aporte que la inversión extranjera puede hacer dinamizando la producción y los empleos de calidad, implícitamente se contribuye a profundizar el atraso y la marginalidad social.
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