La construcción ha sido tradicionalmente reconocida por su contribución a la generación de empleo. Para dimensionar la magnitud de este fenómeno, basta con considerar que sólo en los grandes aglomerados urbanos -que representan unos 25 millones de personas- el 15% del empleo masculino es generado por la construcción. Se trata de aproximadamente un millón de trabajadores, que si se proyectan linealmente al total de la población urbana –esto es, no sólo a los grandes aglomerados, sino al total que comprende unos 36 millones de habitantes– arrojan una cantidad de trabajadores en la actividad de la construcción en el orden del millón trescientas mil personas.
Pero la relevancia del sector es mayor aún si se considera su capacidad para absorber trabajadores con menores niveles de calificación: medida en términos de empleo correspondiente a varones con educación hasta el nivel secundario incompleto, la participación de la construcción aumenta al 23%.





