Informe Nº: 69619/03/2017
La caída del desempleo reportada en el 4° trimestre del 2016 responde a una contracción de la gente que participa del mercado laboral. Esto está asociado al desaliento que generan condiciones adversas en el mercado de trabajo. Sin embargo, hay excepciones. En las ciudades de la pampa húmeda ligadas al campo crecieron el empleo y […]
La caída del desempleo reportada en el 4° trimestre del 2016 responde a una contracción de la gente que participa del mercado laboral. Esto está asociado al desaliento que generan condiciones adversas en el mercado de trabajo. Sin embargo, hay excepciones. En las ciudades de la pampa húmeda ligadas al campo crecieron el empleo y la participación laboral. Para replicar el fenómeno en el resto del país se necesitan acuerdos políticos amplios para mejorar la gestión del Estado.
Los indicadores del mercado laboral señalan que la tasa de desempleo bajó desde el 8,5% en el 3° trimestre al 7,6% de la población activa en el 4° trimestre del 2016. En cantidad de personas, es una reducción de 133 mil desocupados. En paralelo, se observa que unas 150 mil personas dejaron de participar del mercado laboral o sea que dejaron de trabajar o buscar activamente un trabajo. Es claro que sin esa masiva fuga a la inactividad laboral el desempleo habría aumentado.
Las personas deciden retirarse del mercado de trabajo por diversos motivos. A veces son decisiones voluntarias para dedicarse a tareas del hogar, a sólo estudiar o a no hacer nada. Pero frecuentemente se trata del efecto desaliento que genera la falta de puestos de trabajo. Muchas personas dejan de buscar porque perciben que no van a encontrar trabajo sea por escasez general de empleos o porque consideran que no tienen las calificaciones que en el mercado laboral se demandan.
El efecto desaliento debido a la débil generación de empleos es lo que viene prevaleciendo en los últimos años. Sin embargo, el proceso no es homogéneo en todo el mercado de trabajo. Comparando la información publicada por el INDEC para el 3° y el 4° trimestre del año 2016 aparecen los siguientes comportamientos:
Estos datos muestran que el empleo, en promedio, está estancado y eso seguramente es el principal factor que genera el desaliento. Pero en las ciudades ligadas más directamente a la producción agropecuaria de la pampa húmeda el empleo aumentó (Rosario, Ciudad de Santa Fe, Villa Constitución/San Nicolás, Rio Cuarto, Mar del Plata y Bahía Blanca). Esto, sin embargo, no fue suficiente para compensar la sensible caída de la ocupación en el resto del país.
Otro dato que confirma esta tendencia es la evolución de la tasa de actividad laboral. Mientras que en el resto del país la cantidad de personas que participan del mercado laboral cayó en un -1,9%, en las ciudades ligadas al campo de la pampa húmeda la gente que salió a trabajar o buscar trabajo se incrementó en un 4,7%. Es decir, mientras que en el resto del país la falta de crecimiento del empleo se traduce en caída de la participación laboral, en la zona pampeana crece tanto el empleo como la gente que entra al mercado de trabajo.
La dinámica laboral positiva que se observa en la pampa húmeda está ligada fundamentalmente a políticas internas. Es decir, no se trata de una bonanza por mejores precios internacionales. Se eliminaron las prohibiciones a exportar e importar, se normalizó el mercado cambiario y se redujo la presión impositiva (retención a las exportaciones). Bajo estas condiciones el sector agropecuario pampeano reaccionó rápidamente y comenzó a dar resultados sociales positivos. Juega a favor la muy alta productividad del sector y procesos productivos relativamente simples. Pero para replicar este proceso en las zonas urbanas del resto del país se necesitan políticas públicas más profundas y sofisticadas. Entre las fundamentales aparecen reducir el gasto público improductivo, modernizar el sistema tributario, aumentar la inversión en infraestructura, reducir los costos laborales no salariales, desburocratizar la legislación laboral y simplificar los trámites del Estado.
Un programa de reformas estructurales de esta envergadura demanda esfuerzos en alcanzar acuerdos políticos amplios que sean la base para mejorar la organización del Estado. En este aspecto cabe alertar que hasta ahora se observa mucha mas eficacia en tomar deuda en moneda extranjera que en avanzar en la mejora de la administración tributaria y en la modernización de la gestión del sector público.