Informe Nº: 15/05/2025
El Gobierno libertario dice que no quiere hablar del tema previsional hasta tanto no arregle el desastre del mercado laboral que hace que sólo 20% de la gente en edad de trabajar llegue con el mínimo de 30 años de aportes. Esto va a llevar décadas (con suerte).
Las moratorias previsionales jubilaron a 4,5 millones de personas. Así es como actualmente hay 3 millones de jubilaciones otorgadas con los aportes que manda la ley y 4,5 millones sin aportes o con aportes insuficientes a los que manda la ley. Hay más gente jubilada con las moratorias que con los aportes que manda la ley.
Porque la ley es demasiado exigente con los años de aporte que exige. Exige 30 años de aportes como mínimo para poder jubilarse.
Según estudios de la Subsecretaría de Seguridad Social se estima que el 80% de la gente que llega a la edad jubilatoria tiene menos de 25 años de aportes. Un 30% tiene entre 10 y 25 años de aportes y el 50% tiene menos de 10 años de aportes.
Resulta que allá por 1993, cuando se sanciona la actual ley jubilatoria (Ley 24.241), el sistema previsional estaba pensado como mixto con dos regímenes: uno público de reparto y el otro de capitalización (que es el que tenía las AFJP). Se preveía que la gente aportaba y se jubilaba en los dos regímenes cobrando una parte de la jubilación del régimen de reparto y otra de la capitalización.
De aquí que se estipuló que para recibir la parte de la jubilación del régimen público de reparto se estableció, por lo menos, 30 años de aporte porque la gente siempre iba a recibir la otra parte en función de lo que hubiera ahorrado en la AFJP. Cuando se eliminó el régimen de capitalización (las AFJP), toda la jubilación pasó a ser pagada por el régimen público de reparto. Pero se olvidaron de flexibilizar los 30 años de aportes. Entonces una persona con 29 años y 11 meses de aportes no se puede jubilar. Los que tienen menos años de aportes, menos se pueden jubilar.
Claro, como muy poca gente llegaba a los 30 años de aportes, a partir del 2005, en lugar de flexibilizar el requisito de los 30 años, no se les ocurre mejor idea que inventar las moratorias previsionales, que no es otra cosa que decirle a la persona en edad de jubilarse que se declare como autónomo evasor por los aportes que le faltan (a la gran mayoría le faltaban los 30 años de aportes). Se le calcula una deuda (por evasor), sin pena (porque somos buenos), sino más bien con un premio: se hacen un plan de pagos a 5 años y con el pago de la primera cuota te regalaban una jubilación contributiva como si hubieras aportado los 30 años.
Esto es un “chino” en el sentido literal de la palabra.
Resulta que al “chino” le pusieron el eufemismo de “Política de Inclusión Previsional”. Esto costó y sigue costando muy caro al sistema previsional porque fue un regalo masivo de jubilaciones (4,5 millones) que además generaron 1 millón de jubilaciones con doble beneficio porque la jubilada con moratoria acumula pensión cuando el cónyuge se muere.
Mucha gente sostiene que no está mal que las abuelitas tengan dos jubilaciones. Pero, en un país donde el 60% de los niños son pobres, está mal.
Además, las moratorias son muy injustas porque igualan la situación de una persona que hizo aportes, pero menos de 30 años, con otra que no hizo ningún aporte.
En el Congreso, Unión por la Patria y la izquierda quieren renovar la moratoria. Se alarman de la insensibilidad del Gobierno de terminar con la “Política de Inclusión Previsional” (eufemismo del “chino”).
El Gobierno libertario dice que no quiere hablar del tema previsional hasta tanto no arregle el desastre del mercado laboral que hace que sólo 20% de la gente en edad de trabajar llegue con el mínimo de 30 años de aportes. Esto va a llevar décadas (con suerte).
La oposición no-K ni de izquierda proponen diferentes formas de proporcionar la jubilación a la cantidad de años de aportes que tenga la persona. Pero no se ponen de acuerdo en la forma de proporcionar. Una parte dice con cuenta nocionales (son cálculos matemáticos que determinan la jubilación según la edad de retiro de la persona, los aportes realizados y su expectativa de vida); otros dicen crear un nuevo beneficio que se llame proporcional, diferente a la jubilación ordinaria (que es la que se obtiene actualmente con los 30 años de aportes); otros proponen flexibilizar los 30 años de aportes pero proporcionando la Prestación Universal para el Adulto Mayor (PUAM), que pasaría ser el nuevo mínimo garantizado, en función de los aportes hechos por las personas. Cuestión que no se ponen de acuerdo y el pescado está sin vender.
La cuestión está planteada así: la oposición K y la izquierda no tienen votos suficientes para sacar una nueva moratoria; la oposición no-K tampoco tiene votos suficientes (y menos se ponen de acuerdo) para sacar una fórmula proporcional; el gobierno no quiere hacer nada y ya aviso que lo que la oposición haga, lo va a vetar.
Lo que habría que hacer urgente para apagar el fuego es sacar el mínimo de 30 años de aportes, establecer que para el cálculo del haber inicial se tomará toda la vida laboral (hoy se toman sólo los últimos 10 años) para compensar el costo fiscal de sacar el mínimo de 30 años de aportes y establecer como nueva mínima a la PUAM (eliminando la jubilación mínima, lo que mejora el superávit fiscal).
Luego, discutan tranquilos cuál es la mejor fórmula jubilatoria. De hecho, en el acuerdo con el FMI dice que en diciembre del 2026 el Gobierno argentino tiene que presentar una propuesta de reforma previsional.
Hasta diciembre del 2026 usemos el matafuego.
Por Jorge Colina, Presidente de IDESA
Fuente: El economista