El gobierno aspira a lograr un masivo proceso de formalización con la reforma laboral. Al punto tal que el presidente Javier Milei repetidas veces dijo que primero viene la reforma laboral para formalizar a los trabajadores y después veremos qué hacemos con la previsional.
Con lo cual surgen dos preguntas para analizar:
- ¿La reforma laboral tiene chances de generar un masivo proceso de formalización laboral?
- ¿Si la formalización laboral llega a ser masiva, tiene chances de solucionar el problema previsional?
Vamos por partes.
Para ver si hay chances de generar una formalización masiva hay que mirar primero cuánto hay que formalizar y si la reforma laboral apunta a los informales.
En la Argentina hay 19 millones de ocupados urbanos de los cuales solo 6 millones o 32% son asalariados registrados en empresas privadas. Otros 3,5 millones o 18% son empleados públicos. De esta forma, el 50% de los ocupados son formales. Vaso medio lleno.
Luego, 3,5 millones o 18% son empleados no registrados (“en negro”) y otros 6 millones o 32% son cuentapropistas (de los cuales la mitad es “en negro” porque no está ni el Monotributo). De esta forma, el otro 50% son ocupados informales. Vaso medio vacío. Este es el desafío de la reforma laboral: tender a formalizar la mitad de los ocupados.
Cuando se mira en qué tipo de empresas están los asalariados informales aparece que el 80% está en microempresas de menos de 10 trabajadores. Este es el mundo de los gnomos productivos. En las empresas entre 11 y 100 trabajadores está otro 15% de los informales. Este es el mundo de las pymes.
Con lo cual, en el mundo de las grandes empresas con más de 100 trabajadores está solo el 5% de los asalariados informales. Entonces, el problema de la informalidad está altamente concentrado en los gnomos y en menor medida en las pymes. En las grandes, prácticamente no existe.
Cuando se analiza el borrador de reforma laboral que anda dando vueltas, más allá de la letra chica que el gobierno dice que todavía está en revisión, tiene 80 artículos que modifican la Ley de Contrato de Trabajo, la Ley de Negociación Colectiva y la Ley de Asociación Sindicales. Son todas modificaciones para modernizar las relaciones laborales en las grandes empresas (o sea, donde no hay informales) y alguna que otra cosa para las pymes (donde hay informales, pero una proporción baja).
En cambio, para los gnomos productivos (menos de 10 trabajadores) no hay nada. Esto es una contradicción porque aquí es donde está el 80% de los informales.
O sea, está bien generar mejores condiciones de organización del trabajo para los formales. Pero eso no va a crear más formalidad porque los informales están en los gnomos.
Por esta razón si se quiere abordar un proceso masivo de formalización laboral hay que pensar -además de las grandes empresas- en los gnomos productivos. Aquí hay dos medidas para potenciar la formalidad laboral entre los gnomos:
- Establecer que las microempresas con menos de 10 trabajadores no apliquen ningún convenio colectivo de trabajo: la razón es que los convenios colectivos de trabajo fijan salarios muy por encima de la productividad de los gnomos, por lo tanto, les es imposible formalizar cumpliendo con los convenios colectivos. Que cumplan sólo con la Ley de Contrato de Trabajo y el Salario Mínimo, Vital y Móvil. Nada más.
- Establecer un mínimo no imponible a la masa salarial para las contribuciones patronales de ANSES y PAMI: así, los gnomos productivos van a quedar exentos de cargas sociales, disminuyendo las cargas sociales en menor proporción para las pymes y sin disminuir para las grandes para controlar el costo fiscal de la medida.
Si a un gnomo productivo su contador le dice: “Te sacaron el convenio colectivo de trabajo (que nunca cumpliste) y te bajaron a cero o casi cero las contribuciones patronales de ANSES y PAMI (que nunca pagaste). ¿Querés formalizar a tus laburantes?”.
Es altamente probable que diga que sí. Porque a los gnomos productivos no les gusta tener a sus laburantes “en negro”. Los tienen “en negro” porque no les queda otra. Hay que darles una puertita para que puedan formalizar con facilidad a la medida de sus muy limitadas posibilidades productivas.
Aquí emerge la respuesta a la 2° pregunta. ¿Si se produce una formalización masiva, salvamos el sistema previsional?
La respuesta es un rotundo no.
Porque la formalización masiva sólo es posible formalizando a los gnomos productivos que pagan bajos salarios por su baja productividad, no porque sean informales. Son informales porque son de baja productividad y los convenios colectivos y las cargas sociales están pensados las para empresas grandes de alta productividad.
Conclusión: la reforma laboral que está pensando el gobierno está muy bien… para las grandes empresas. Pero no tiene chances de formalizar masivamente sino le agrega medidas para propulsar hacia la formalidad a los gnomos productivos.



