Debe gestionarse con eficiencia el gasto que se destina a los pobres

En el último número de la revista inglesa The Economist aparece una nota sobre la inequidad del gasto público y la pobreza en Brasil. Parte señalando que, desde que asumió Bolsonaro, las altas al programa Bolsa Familia (que vendría a ser la Asignación Universal por Hijo argentina) se redujeron desde 275.000 a 2.500 por mes por lo que hay más de 700.000 familias en lista de espera y 1 millón que dejaron de recibir este plan social. Según la revista, el ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, un reconocido liberal ortodoxo, señaló que en Brasil se está combatiendo la pobreza de una manera diferente a como se venía haciendo. Bajando el gasto público, en general, y el asistencial, en particular, se eliminará el déficit fiscal, lo que reducirá la deuda pública, con ello la tasa de interés y así renacerá el crecimiento económico lo que traerá más empleos. De esta forma, dice Guedes, los pobres estarán mejor porque recibirán empleos, no planes asistenciales.

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