Informe Nº: 28/12/2024
¿Cuál es la diferencia entre el desempeño del empleo formal en empresas privadas en el 3° trimestre del 2023 y el mismo período de 2024?
Por Jorge Colina, Presidente de IDESA
Cuando salieron los datos del Indec sobre el mercado de trabajo muchos analistas afines a las ideas del gobierno tomaron como positiva la tendencia a la baja de la tasa de desempleo desde el 1° y 2° trimestres del 2024, que rondó los 7,6%, al 6,9% en el 3° trimestre del 2024.
Hay que tener presente de que hay estacionalidad. Por lo que la comparación entre trimestres de un mismo año no es lo más pertinente. De hecho, si uno mira estos mismos datos para el 2023 arroja la misma tendencia a la baja.
Por eso es conveniente comparar mismos trimestres de años diferentes. Así, aparece que la tasa de desempleo en el 3° trimestre del 2023 fue de 5,7% y en el 3° trimestre del 2024 de 6,9%. La tasa de desempleo subió.
De todas formas, quedarse sólo en la tasa de desempleo es un análisis extremadamente parcial. Hay otras dimensiones que trazan un panorama más completo de la situación laboral.
Comparando entonces el 3° trimestre del 2023 con el mismo trimestre del 2024 para los 31 grandes aglomerados urbanos que releva el Indec se observa que:
Este panorama es más completo y da cuenta de que el mercado laboral está duro.
No sólo los que no tienen trabajo no encuentran laburo sino que hay más gente que, con laburo, quiere laburar más (muchos de ellos porque no llegan a fin de mes) y tampoco encuentran. Los que encuentran trabajo, más que encontrarlo se autoemplean en el cuentapropismo. Además, aumenta la gente en la inactividad laboral lo que también puede estar dando cuenta de la falta de empleo.
No es para extrañarse. El PIB estuvo cayendo en los 3 primeros trimestres del 2024. En el 1° trimestre cayó -5,2%, en el 2° cayó -1,7% y en el 3° cayó -2,1%. No habría por qué pensar que a la economía le va mal y al mercado laboral bien.
No hay que ser ansiosos y querer ver buenos resultados laborales en el momento en que la economía se está contrayendo por los ajustes antiinflacionarios. En todo caso hay que prepararse para el 2025 que, esperemos, comience una nueva vida sin inflación para los argentinos.
Ojo que sin inflación el mercado laboral se pone duro. En este sentido sirve mirar cómo se portó el mercado de trabajo con alta y con baja inflación.
Tomando el empleo asalariado registrado en empresas privadas. El año pasado, en el 3° trimestre del 2023, el empleo asalariado formal en empresas privadas creció 3% cuando la economía se contrajo -0,7%, ambos respecto a igual trimestre del 2022.
En el 3° trimestre del 2024, el empleo asalariado formal en empresas privadas se contrajo -2,6% y la economía -2,1%, ambos respecto a igual período del 2023.
¿Cuál es la diferencia entre el desempeño del empleo formal en empresas privadas en el 3° trimestre del 2023 y en el mismo período del 2024?
Bueno, en el 2024 la caída de la economía fue 3 veces mayor que en el 2023.
Pero la otra diferencia es que en el 3° trimestre del 2023 la inflación mensual fue de 11% mientras que en el 3° trimestre del 2024 fue del 3% mensual.
La inflación actúa licuando el salario real. Por lo tanto, cuando cae la economía las empresas pueden esperar antes de decidir la reducción del personal.
Esta es la forma en que los países avanzados, sin inflación -obvio-, enfrentan los shocks macroeconómicos adversos para mantener el empleo.
Para esto se necesitaría que el Gobierno avance en la descentralización de la negociación colectiva a nivel de empresa en negociación entre el empleador y sus trabajadores, no con el sindicato central. Esto debería ser aplicado fundamentalmente a nivel de las pymes.
Lo único que se necesita es que la Secretaría de Trabajo de la Nación habilite como unidades de negociación al empleador de la pyme y al trabajador que los trabajadores de la pyme elijan para representarlos.
No es otra cosa que dar la libertad a la negociación colectiva.
Lo peor que se puede hacer en una economía con estabilidad es seguir aferrados a los viejos convenios colectivos centralizados y ultraactivos de la década de los ’70 y ’80 que fijan salarios divorciados de las diferencias de productividad de las empresas.
Esta es la lección que dejó la década de los ’90, cuando no se descentralizó la negociación colectiva y terminó con crecimiento económico pero poco crecimiento del empleo asalariado registrado en empresas privadas.
Fuente: el economista