Informe Nº: 26/10/2023
Cada ministerio provincial decidirá si sigue financiando las escuelas estatales con presupuesto directo, o con vouchers, o con una combinación de ambos.
Por Jorge Colina, Presidente de IDESA.
En la contienda electoral los candidatos de Unión por la Patria acusan al candidato de La Libertad Avanza con querer terminar la educación estatal. El candidato de La Libertad Avanza retruca diciendo que lo que se quiere es darle a la gente la posibilidad de elegir a qué escuela mandar a su hijo financiándole desde el Estado la educación con un voucher.
La verdad es que las escuelas estatales en Argentina imparten una educación de muy baja calidad. Según las pruebas Aprender correspondientes al año 2021 mostraron que el 70% de los niños de bajo nivel socioeconómico, los cuales la mayoría seguramente asiste a escuelas del Estado, que terminan sexto grado no tienen capacidades apropiadas de lectura y matemática. Esto es una tragedia porque son niños que en muchos casos no terminarán la secundaria condenándolos a una vida laboral precaria.
En este sentido, la mejor defensa que se puede hacer de las escuelas del Estado es mejorarlas sustancialmente. No defenderlas en el estado que están.
En Chile hay un sistema de vouchers. En el país trasandino poco menos de la mitad del financiamiento estatal a la educación no es con un presupuesto directo a la escuela sino dándole un voucher a las familias e información sobre los desempeños de las escuelas para ellas elijan a qué escuela mandar a su hijo. Si bien las comparaciones no siempre son precisas algunos datos ayudan a entender sí los vouchers funcionan o no.
Las últimas pruebas PISA del 2018 que miden capacidad de lectura y matemática en jóvenes de 15 años arrojó que Chile obtuvo 452 puntos en lectura y Argentina 402 puntos y en matemática Chile obtuvo 417 puntos y Argentina 379. O sea, el desempeño de los alumnos en Chile -con su sistema de financiamiento donde casi la mitad es con vouchers- es mejor.
Hay otro dato complementario que señala que en Chile el 20% de mejor desempeño obtiene 518 puntos en lectura (este es un nivel de país avanzado) y el 20% de menor desempeño obtiene 418. Esto es una diferencia de 100 puntos que sería asimilable a 2 años y medio más de estudio entre los chicos con mejores y más bajos desempeños. En Argentina esta diferencia es entre 481 y 366, respectivamente, o sea una diferencia de 115 puntos lo cual señala que la inequidad en educación es mayor en Argentina que en Chile.
Estos datos están lejos de señalar que los vouchers en educación sean una panacea. Pero en cualquier caso lo que están mostrando es que Argentina con su sistema de financiamiento tradicional (presupuesto directo a las escuelas estatales) no arroja mejores resultados que Chile con la mitad del financiamiento a través de vouchers. Otra evidencia que defender las escuelas del Estado no es defenderlas en el estado que están. Hay que mejorarlas sustancialmente.
El punto de partida es no olvidar que las escuelas del Estado son provinciales. La plata para financiarlas la ponen las provincias de sus propios recursos (coparticipación e impuestos propios). Los docentes son empleados públicos provinciales. Los contenidos los definen las provincias (si bien hay una instancia de coordinación de contenidos entre las provincias en el Consejo Federal de Educación, al final del día, la provincia decide si aplica o no lo que se decidió en el Consejo). Por esta razón, la institución artífice de la buena educación pública son los Ministerio de Educación provinciales.
Los desafíos que tiene un Ministerio de Educación provincial son muchos y grandes. Debe asegurar que la formación de nuevos docentes y la actualización de los docentes existentes sea la apropiada para generar calidad educativa.
Debe descentralizar en los equipos directivos de las escuelas la gestión de los docentes, para que sean ellos los que controlen el ausentismo y manejen incentivos para aquellos docentes más dedicados. Debe también hacer un monitoreo y seguimiento de su sistema provincial para garantizar los aprendizajes de los chicos y no tener sorpresas cuando llegan las evaluaciones nacionales.
En suma, se necesitan Ministerios de Educación provinciales altamente profesionalizados que generen gestión pedagógica y administrativa profesional en cada escuela de su jurisdicción.
El Ministerio de Educación nacional no debe meterse en financiamiento ni gestión educativa porque no tiene competencias para hacerlo. Su rol es en convertirse en una activa agencia de evaluación de resultados de las escuelas provinciales para informar a los ciudadanos el nivel de lo que su hijos están aprendiendo en el sistema educativo provincial.
Con un sistema de educación provincial profesionalizado, cada Ministerio de Educación provincial decide si sigue financiando las escuelas estatales con presupuesto directo, o con vouchers, o con una combinación de ambos. Pero es una decisión provincial.
No una discusión de candidatos a presidente de la Nación.
Fuente: el economista