Informe Nº: 24/11/2022
El INDEC volvió a reportar una inflación mensual superior al 6% mensual. La Argentina ya está en camino a cruzar la barrera de la inflación del 100% anual. La bomba monetaria de Leliq, pases y letras vaticina que en materia de inflación, lo peor está por venir.
El INDEC volvió a reportar una inflación mensual superior al 6% mensual. Entre enero y octubre de 2022 se acumula un aumento de precios al consumidor del 77%. Si se compara contra octubre del año pasado el incremento es del 88%. Es decir, la Argentina ya está en camino a cruzar la barrera de la inflación del 100% anual.
En este marco el gobierno anunció como una herramienta central en la lucha contra la inflación un amplio y ambicioso acuerdo de precios. Desde lo comunicacional y político la presentación fue impecable. Una gran cantidad de empresarios se sumaron a la puesta en escena, probablemente incentivados por la promesa de que tendrán un acceso al mercado de cambios oficial menos tortuoso que el resto de sus colegas. Pero las buenas intenciones de bajar el ritmo de crecimiento de los precios resultan inconsistentes con la acumulación de desequilibrios fiscales.
El problema, la bomba monetaria
La deuda en pesos está compuesta por deuda del Banco Central (Leliq y pases) y deuda de la Nación (letras). Las Leliq y pases son depósitos de muy corto plazo que hacen los bancos a través de los cuales tienen invertida la mayor parte de los depósitos que reciben de la gente. Las letras son deuda que emite el Tesoro con plazos un poco más largos para lo cual se ofrece una actualización por precios o dólar, el más alto. El problema es que la deuda ha tomado una dinámica tan acelerada como insostenible.
Ante la percepción de que el esquema es insostenible (es decir, que son deudas que no se van a poder pagar en los plazos comprometidos) hay una fuerte resistencia a comprar letras con vencimiento después de las elecciones. Y como cada día que pasa es un día menos para llegar a la fecha de las elecciones, hay un estrangulamiento de vencimientos. Lo que está intentando el gobierno, es patear el problema para después del 2023. Pero la fuerte resistencia a aceptar letras con plazos que vayan más allá de las elecciones sugiere que esta meta es imposible de alcanzar.
Esta semana el Central aceleró la emisión monetaria para evitar el derrumbe en el precio de las letras. Que el Central compre masivamente letras del Tesoro agrega otro factor adicional de emisión monetaria que intentarán compensar aumentando aún más el stock de Leliq y pases. Pero fatalmente parte será una presión adicional sobre los precios. El salto en el precio del dólar no oficial de estos últimos días es un primer impacto. Ante esto seguramente los funcionarios volverán al viejo argumento de que es la consecuencia de acciones especulativas.
La persistencia del déficit fiscal ha llevado a una dinámica monetaria que no solo convierte en mero voluntarismo tratar de bajar la inflación con un acuerdo de precios. Peor aún, cada vez hay menos margen para que esto no se corrija espontáneamente con un salto adicional en los precios que licúe al menos parte de los excesos de emisión monetaria y deuda acumulados. Hay buenos fundamentos para asumir que lo peor aún está por venir.