Informe Nº: 17/03/2021
Esta semana comenzó a tratarse el proyecto de ley que modificará al Impuesto a las Ganancias.
En nuestro país, los ingresos personales de los trabajadores en relación de dependencia y autónomos tienen dos cargas básicas:
1. Aportes personales (que son retenciones con destino a la seguridad social: jubilaciones, PAMI y obra social)
2. Impuesto a las Ganancias (que es un impuesto a los ingresos).
Mientras que Aportes Personales carga un 17% sobre todos los sueldos brutos, el Impuesto a las Ganancias sigue un esquema progresivo. Es decir, la gente de mayor nivel de ingresos paga proporcionalmente más. Hay un primer nivel de ingresos que no es alcanzado, que se llama mínimo no imponible, a partir del cual se fijan escalas que cargan un porcentaje creciente de alícuotas sobre los ingresos. Actualmente pagan el impuesto a las Ganancias los sueldos mayores a $ 75.000 para un trabajador soltero. Los trabajadores con cargas de familia pagan a partir de un monto mayor.
El proyecto
El punto central del nuevo proyecto es que hará que el impuesto a las ganancias se pague a partir de los $150 mil de ganancias. Para los salarios que se ubiquen entre $150 y $173 mil se suavizaran las alícuotas las que se conocerán en los próximos días. En tanto, que los salarios mayores de $173 mil seguirán pagando como lo hacen hasta ahora.
El contexto
La idea es bien vista tanto por oficialistas como opositores, pero es imprescindible contextualizarla.
Actualmente existe un gasto público consolidado del sector público nacional y provincial del 40% del PBI. Este enorme gasto público debe financiarse con impuestos. Entre la lista de impuestos, Ganancias está entre los más progresivos. Es decir, si se quiere pensar en no afectar a las familias más humildes, este sería el último a tocar.
De acuerdo a estimaciones propias en base a EPH y el proyecto presentado, sólo el 16% de los ocupados y jubilados están alcanzados por el impuesto a las ganancias. Deducir cargas a dicha población, en un país con 47% de pobres (aclarar en pantalla: “EPH de Indec al 2do Trim. 2020”) es, como mínimo, cuestionable.
Por el contrario, impuestos como Aportes Personales, IVA, ingresos brutos provinciales y el mismo impuesto inflacionario afectan peor a pobres que a ricos (son regresivos).
Las propuestas