Informe Nº: 10/08/2020
Tras la disposición del aislamiento obligatorio a raíz de la pandemia, se anunció la creación del IFE para la asistencia del sector informal de la economía. El programa va en línea con ayudas dispensadas en otros países de Latinoamérica y plantea un objetivo razonable.
Sin embargo, existen fallas en su diseño que llevan al derroche de recursos, especialmente importantes ante la débil situación fiscal actual. Lo más cuestionable es que permite que más de una persona por familia acceda al beneficio, simplemente realizando una declaración jurada en la que una persona se considere como grupo familiar unipersonal. La emergencia del asunto no debería justificar la improvisación en el diseño.