Informe Nº: 20/09/2024
En la “ley de leyes”, el Presidente le cuenta a los argentinos cómo soñó la economía argentina del 2027.
Por Jorge Colina, Presidente de IDESA
El Presupuesto 2025 del presidente Javier Milei presenta una proyección de cómo terminará el 2024 y otra proyección de cómo seguirán las cuentas públicas en el 2025.
Para el 2024, el Presidente confirma lo que viene diciendo que hará desde su campaña electoral y lo que vemos que está haciendo: fuerte ajuste fiscal en el 2024 y aguantar en el 2025.
En el 2024, la Administración Pública Nacional va a terminar con una reversión de 4,4% del PIB del déficit primario para pasar a superávit. El principal aporte (2,2% del PIB) lo hacen las transferencias que son los subsidios a la energía, transporte, empresas públicas y transferencias discrecionales a provincias, siguiendo la obra pública nacional (0,8% del PIB), el gasto previsional (0,7% del PIB) y el consumo del Estado (0,6% del PIB).
En el 2025, es piloto automático para dejar congelado el ajuste del 2024.
Esto no es lo más interesante, porque es lo que el Presidente viene diciendo que va a hacer desde hace rato. Es más, hasta se lo criticó por haber llamado a cadena nacional el día que presentó el Presupuesto 2025 en el Congreso para repetir lo que ya dijo 1.000 veces.
Lo más importante del Presupuesto 2025 es que el Presidente le cuenta a los argentinos cómo sonó la economía argentina del 2027.
Resulta que en el Presupuesto el presidente pone pautas de crecimiento futuro, de inflación, tipo de cambio, exportaciones, importaciones, consumo, inversión, etc. que si uno las ensambla con las series observadas hasta ahora puede descubrir la nueva economía argentina que el presidente sueña para el 2027.
El presidente escribe en el Presupuesto que la economía va a caer -3,8% en el 2024 (en la campaña electoral dijo que el 2024 iba a ser horrible, así que, el que avisa, no traiciona). Pero a partir del 2025 hasta el 2027 crecerá 5% por año. Interesante.
Así, entonces, en el 2027 la economía real será un 14% más grande que el promedio de la economía en todo el período 2012 – 2023. Se toma como inicio el 2012 porque es cuando comenzó el estancamiento argentino.
Dado que la población argentina crece al 1,1% anual, si la economía crece el 14% en 3 años, significa que el PBI per cápita habrá crecido en el 2027 un 10% respecto del 2024. Nada mal. Esta es la forma como crecen los países de verdad.
Luego el presidente dice en el Presupuesto 2025 que bajará fuertemente la inflación hasta dejarla en 7% anual en el 2027 y el dólar oficial se va a mantener relativamente estable hasta llegar al 2027 con un valor de $1.500. Parece mucho, pero no lo es, porque en términos reales tendrá un valor de 88 en comparación con 100 que tenía en el 2012 (último año bueno de crecimiento argentino). O sea un dólar bajo. Argentinos: a turistear por el mundo. Linda la Argentina del 2027.
Esto va a ser gracias a que las exportaciones van a explotar. En el 2027 serán de US$ 123.000 millones: 54% más que en el 2012 (al final de la gran bonanza por China), cuando fueron de US$ 80.000 millones y 40% más que en el 2022 (los mejores precios internacionales por guerra en Ucrania) que fueron de US$ 88.000 millones.
Las causas por las que las exportaciones crezcan tanto tienen dos fuentes. Una sería precios internacionales extraordinaria e históricamente buenos. Mejores que los de la gran bonanza por China y la guerra de Ucrania. Nunca se sabe. Este mundo es tan impredecible que ya no da lugar ni para sorpresas (quién se iba a imaginar que la gente todavía usaba beepers y que éstos explotaban).
La otra fuente es que el gobierno sea extremadamente exitoso en la implementación de la Agenda de Mayo y aborde una profunda reforma impositiva, eliminando la coparticipación para que cada provincia se quede con los recursos impositivos de lo que surja de su territorio a fin de que las provincias estén incentivadas a explotar sus recursos naturales.
En el sueño del presidente (Presupuesto 2025), la balanza comercial en el 2024 – 2027 será positiva en un promedio anual de US$ 20.000 millones. Es un número muy alto.
La balanza comercial en el período 2012 – 2023 fue positiva en promedio por US$ 4.000 millones. Supongamos que sacamos los años malos de balanza comercial negativa (2015, 2017, 2018 y 2023), el promedio anual positivo sube a USD 8.000 millones.
Lejísimos de los US$ 20.000 millones que el presidente plantea para el período 2024 – 2027.
Es difícil imaginar a los argentinos no importando (muchos) bienes del exterior con un tipo de cambio bajo (como es el sueño del Presidente).
Además, para que la economía crezca al 5% anual y las exportaciones exploten, se van a necesitar muchas más importaciones, hoy reprimidas por el “cepo”, de bienes de capital, insumos, repuestos y nuevas tecnologías.
Es muy difícil que la Argentina pueda crecer y exportar tanto, como sueña el presidente, con tan pocas importaciones. La entrada de capitales externos que se necesita para sostener el crecimiento económico y las exportaciones no debería venir por el lado de superávits comerciales récords.
Debería venir por el lado de los argentinos repatriando sus ahorros del exterior.
Este es el sueño que le faltó soñar al presidente. Pero posiblemente sea mucho soñar.
Fuente: el economista