Informe Nº: 29/06/2022
¿Por qué no crece el empleo formal? Los convenios colectivos, las cargas sociales y la indemnización por despido
En los años ’50, Perón les da a sus sindicatos aliados el monopolio de la negociación colectiva. Esto es, crea la figura de la personería gremial por la cual un solo sindicato negocia el convenio colectivo con una o muchas cámaras empresarias. La personería gremial la otorga el Estado, con lo cual, controla al movimiento sindical.
Además, se establece que el convenio colectivo tendrá extensión administrativa automática (se aplica a todas las empresas aun cuando no estuviera afiliada a la cámara empresaria signataria y a todos los trabajadores aun cuando no estuviesen afiliados al sindicato), tendrá aportes sindicales compulsivos a favor del sindicato (cuotas solidarias) y serán ultra-activos (no vencen nunca).
Esta institucionalidad es la que hizo poderosos, económica y políticamente, a los sindicatos y la que los convirtió en la “columna vertebral” del peronismo.
En el 2002 también sucede que China entra a la Organización Mundial del Comercio y demanda muchas exportaciones de Brasil y Argentina provocando el boom de crecimiento económico del período 2004 – 2012.
Pero pasó algo raro. Entre el 2004 y el 2012 la cantidad de trabajadores informales, sea como asalariado o cuentapropista, nunca bajó de 8 millones. O sea, el enorme crecimiento del empleo asalariado formal nunca se tradujo en reducción de la informalidad. Esto implicó que el plan Jefas y Jefes se tuvo que ir convirtiendo en otros planes asistenciales que se multiplicaron, aún con boom de empleo formal.
Luego viene la actual década de 2012 – 2022. La economía está estancada y los trabajadores formales también en 6 millones. Así la “columna vertebral” del peronismo no creció en afiliados. En cambio, los trabajadores informales crecieron en 1 millón, o sea, pasaron a ser 9 millones. Aquí es donde abreva el movimiento piquetero con los planes asistenciales del Ministerio de Desarrollo Social.
Estos planes son ahora los que financian las estructuras piqueteras con una institucionalidad asimilable a la que Perón les dio a los sindicatos en los ’50. El Estado elige las organizaciones piqueteras afines y las organizaciones les cobran una cuota a los beneficiarios, no muy diferente a la cuota sindical compulsiva de los sindicatos con personería gremial.
El paralelismo es tal que las organizaciones piqueteras hace rato que vienen solicitando ser reconocidas como sindicatos de los informales (vendría a ser la personería gremial de Perón) con un convenio colectivo de informales (la iniciativa no prospera porque todavía no encuentran quién firme por la parte empleadora, si son informales).
La pregunta es por qué no crece el empleo formal. Aquí entran a tallar tres instituciones laborales: los convenios colectivos, las cargas sociales y la indemnización por despido.
Estas tres instituciones laborales son las más significativas a la hora de decidir contratar un trabajador en blanco. Son instituciones laborales que vienen desde los ’50 y los ’70. Son las que hicieron de los sindicatos la “columna vertebral” del peronismo.
Hoy, son las que multiplican la informalidad laboral que es la “columna vertebral” del movimiento piquetero.