Informe Nº: 27/04/2022
La recaudación de 2022 sólo alcanzará para pagar el aumento de jubilaciones y subsidios. ¿Cómo se van a pagar todos los otros aumentos? No va a quedar otra emitir más.
Finalmente llegó la primera evaluación del b>FMI a Argentina. Las metas son que, al 1º trimestre de 2022, el déficit fiscal primario no supere los $222.000 millones y la emisión monetaria al Tesoro los $237.000 millones. Con datos del Ministerio de Economía y el Banco Central se observa que el déficit primario fue 87% y la emisión monetaria al Tesoro, 52% de estas metas. La primera prueba, Argentina la pasa holgada.
Ahora, cuando se mira más en detalle aparecen algunas cositas a tener en cuenta para las próximas evaluaciones. El déficit primario observado fue de $193.000 millones producto de que los ingresos públicos totales crecieron 67% y el gasto primario, 71% interanual.
Cuando se mira los subsidios a la energía, crecieron 180%. O sea, los subsidios a la energía crecieron prácticamente 3 veces más que los ingresos y los gastos.
Es una dinámica difícil de sostener tanto por parte de los ingresos (que no pueden crecer a ese ritmo) como de los otros componentes del gasto (que no pueden ajustarse tanto como para darle lugar a los subsidios energéticos).
¿Cómo se financió este sideral aumento de los subsidios para cumplir con la meta?
Aquí viene la polémica. Dentro de los ingresos hay un ítem que se llama “otra rentas de la propiedad” que en el 1º trimestre del 2022 creció 370%. Algunos economistas locales cuestionan el cumplimiento porque lo que se computa en este ítem es la diferencia entre el valor nominal de los bonos que emite el Ministerio de Economía y el precio al que efectivamente los coloca (se llama también “valor sobre la par”).
Un bono de deuda puede colocarse a un valor superior a su valor nominal cuando su rendimiento es superior al de mercado. Por ejemplo, la tasa de interés de mercado es de 50% y el Estado emite un bono por $100 a pagar al vencimiento $160. Dicho bono tiene un valor de mercado de $107. Porque este monto al 50% de interés arroja $160. El Gobierno computa como ingreso corriente los $7.
El Ministerio de Economía no dio explicación oficial por este aumento extraordinario. Pero, según trascendidos periodísticos, deslizaron “en off” que esa registración es usual. El punto es que usualmente representan 2% de los ingresos totales, mientras que en marzo del 2022 representaron 12%. Entonces, la práctica es usual, pero la intensidad con la que se usó en marzo es definitivamente inusual.
El FMI va a perdonar. Pero esto no debería ser motivo para eludir el crecimiento de los subsidios a la energía. Ya sabemos la explicación oficial: es la guerra de Ucrania.
La verdad es que el impacto de la guerra sobre los precios mundiales de la energía pegó de lleno en marzo. Aquí es cuando el gasto público en subsidios a la energía en Argentina saltó 350%. Pero ese mismo gasto venía creciendo a razón de 85% en enero y febrero. Esto señala que la guerra en Ucrania explica parte del aumento, pero parte, porque ya antes de la guerra el gasto en subsidios energéticos venía subiendo por encima de la inflación (55%) y de los ingresos tributarios (58%).
Para la segunda revisión, que será en julio, Argentina ya podrá mostrar cuatro meses de crecimiento de los subsidios económicos a razón de 3 dígitos interanual y los restantes 2 meses creciendo a 2 dígitos (enero y febrero) quedarán en el olvido. Entonces, habrá más peso a favor del argumento de que la guerra de Ucrania tiene la culpa. Así que es probable que en la segunda revisión el FMI vuelva a perdonar.
La que no va a perdonar va a ser la inflación. Porque el 2021 cerró con un gasto público de subsidios energéticos de $1 billón. Si ese gasto se triplica, el 2022 cerrará con un gasto de subsidios energéticos de $3 billones. O sea que se gastará $2 billones más en subsidios energéticos. Las jubilaciones van a requerir otros $2 billones por la regla de movilidad. Por el lado de los ingresos, al ritmo que vienen creciendo, el aumento de recaudación será de $4 billones. O sea que, el aumento de recaudación en el 2022, sólo alcanzará para pagar el aumento de jubilaciones y de subsidios a la energía. ¿Cómo se va a pagar los aumentos de gastos asistenciales, las universidades, los empleados públicos, la obra pública, etcétera?
Se puede apelar a seguir inflando el ítem “otras rentas de la propiedad”. Pero esto significa hacer crecer el rendimiento de la deuda pública (con costo para el Tesoro) muy por encima de la tasa de interés de mercado. Llega un momento en que el mercado deja de creer que se va a poder pagar semejante cuenta de intereses y deja de comprar bonos del Tesoro. Esto es lo que le pasó a Cambiemos.
No va a quedar otra que seguir emitiendo por encima de la meta con el FMI. Total, el FMI perdona. El problema es que la inflación es la que no perdona.