Informe Nº: 06/12/2024
El Mercosur es la herramienta para abordar con los socios de la región la tan postergada integración con el resto del mundo.
Por Jorge Colina, Presidente de IDESA
El Mercado Común del Sur (Mercosur) es un acuerdo comercial entre Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay para la libre circulación de bienes, servicios y personas. Es decir, un acuerdo para que el comercio entre los cuatro países sea sin aranceles ni barreras burocráticas. Se firmó hace ya 30 años, el 31 de diciembre de 1994, momento en que se tenía muchas esperanzas en avanzar hacia un mercado común como, por ejemplo, la zona del euro con una moneda común.
El tema es que este club de países amigos nunca llegó a funcionar bien.
A 3 años de vida, allá por diciembre de 1998, Brasil tuvo que devaluar y llevó su moneda de 1,2 a 2 reales por dólar. Esto obviamente que desalineó todo el tablero al punto tal que terminó gatillando las profundas crisis económicas de Argentina y Uruguay del 2002.
Argentina en el 2002 se “desquitó” con una devaluación de $1 a $3 por dólar.
Uruguay, por su parte, acomodó su tipo de cambio y empezó a seguir una política comercial externa que, sin dejar el club del Mercosur, empezó a tejer hilos independientes con las zonas del Pacífico y el sudeste asiático. No le fue para nada mal porque hoy Uruguay, gracias a su vibrante comercio exterior, tiene el PIB per cápita más alto de la región.
Argentina y Brasil transitaron sin problemas los buenos años de la bonanza internacional del 2004 y 2011, hasta que acabó la bonanza y comenzaron las “trampitas” de nuevo con las barreras paraarancelarias. Las hoy derogadas licencias no automáticas son el mejor ejemplo.
En medio de estas rencillas entre los dos principales socios del club -Argentina y Brasil- en el 2019 Uruguay anuncia que pedirá el libre comercio con la zona del euro. Esto fue una bomba para los dos socios más grandes del club porque, si en la zona del euro lo aceptaban, Uruguay se convertía en la puerta de entrada de importaciones con arancel cero de productos de la Unión Europea a los países del Mercosur.
Argentina y Brasil tuvieron la suerte de que los agricultores franceses son más proteccionistas que sus industrialistas y se opuso a aceptar a Uruguay; con un país de la zona del euro que se oponga, listo, el país solicitante no puede entrar. También ayudó a que Brasil, con el presidente Jair Bolsonaro, estaba permitiendo la destrucción del Amazonas por lo cual la Unión Europa no podía aceptar un trato comercial con el Mercosur.
En suma, en su concepción original, el Mercosur fue concebido como un instrumento para desmantelar las barreras proteccionistas de los países que lo formaron. En la práctica, sucedió lo contrario. Fue usado para potenciar el proteccionismo.
Por esta razón, el Mercosur fue perdiendo relevancia para la Argentina. En sus primeros 10 años de vida, entre 1995 y el 2004, el Mercosur absorbía el 29% del total de exportaciones argentinas. En sus segundos 10 años, entre 2005 y 2014 bajó a 26%. En sus terceros 10 años, entre 2015 y 2024, bajó a 20% de las exportaciones argentinas.
Bueno, resulta que la presidencia del club es rotativa cada 6 meses. Ahora que cumple 30 años, le toca el turno al presidente Milei y dentro de 6 meses al presidente Lula. Uno de derecha, otro de izquierda. Esto garantiza que el club va a seguir a los banquinazos.
El presidente Milei ya amenazó que va a retirar a la Argentina del Mercosur. En su decisión seguramente que influyen los malos antecedentes del Mercosur, las diferencias políticas con los socios -el nuevo presidente de Uruguay pertenece al Frente Amplio que se une al presidente Lula de Brasil del Partido de los Trabajadores, ambos partidos de centro izquierda- y su visión que plantea enfáticamente el libre comercio con todos los países del mundo.
El mal presagio para el Mercosur se potencia por la reciente apreciación cambiaria Argentina respecto a Brasil. En enero de 2024, Argentina acomete con una necesitada devaluación. Luego, por la persistente inflación, llega a noviembre del 2024 con un tipo de cambio real inferior en 15% al de diciembre del 2023, mientras que el real brasileño se fue devaluando hasta ser hoy en términos reales 15% superior al de diciembre 2023. Este atraso cambiario no es poco. Si se toma la relación peso / real en noviembre 2024 es 27% inferior a diciembre 2023.
Es tanto el atraso cambiario con Brasil que todos los argentinos ya están armando los bolsos para irse en verano a las playas de Brasil y los hinchas de futbol brasileños pasaron de quemar billetes de $1.000 el año pasado a juntar billetes de $1.000 para poder pagar la coca en la final de Libertadores en el Monumental.
En el 2023 hubo un déficit comercial con Brasil de US$ 5.500 millones. A pesar del atraso cambiario del 2024 hay equilibrio en la balanza comercial entre Argentina y Brasil. Debe estar ayudando a Argentina el impuesto PAIS que grava fuerte las importaciones. El tema es que el impuesto PAIS muere el 31 de diciembre del 2024. Esto preanuncia que el desbalance comercial entre Argentina y Brasil puede ser grande y va a ocurrir en el 2025 con el presidente Milei como presidente el Mercosur. Seguro que va a haber “candombe” dentro del Mercosur.
La cuestión es que no hay que abandonar el Mercosur. Hay que volver a su espíritu original. Esto es, usarlo como una herramienta de integración al mundo. El punto de partida es garantizar la estabilidad macroeconómica de la región y a esto sumarle la armonización de otras políticas, por ejemplo, las tributarias y laborales.
En este sentido, Brasil ya avanzó en una reforma laboral que tiene como eje priorizar los acuerdos individuales y a nivel de empresa por sobre los acuerdos colectivos y en la reforma tributaria está unificando el IVA federal con los impuestos a las ventas estaduales (provinciales para Argentina) y municipales. Argentina debería seguir los mismos pasos de Brasil para potenciar el Mercosur a fin de volver a aprovechar las oportunidades de un mercado común con los países vecinos.
Con Donald Trump como presidente de Estados Unidos vienen vientos hostiles para el comercio internacional. Esto no implica que el comercio exterior deje de ser fuente de crecimiento económico y social. Frente a este nuevo escenario, el Mercosur es la herramienta para abordar juntos, con los socios de la región, la tan postergada integración con el resto del mundo.
Fuente: El economista