Informe Nº: 14/09/2022
Según los datos del Banco Central, el martes 6 y miércoles 7, cuando se lanza el dólar-soja, la emisión monetaria por compra de divisas aumentó en $104.000 millones y las divisas netas por esa compra aumentaron US$ 423 millones. O sea, cerca de $250 de emisión por dólar-soja.
El primer gran desafío que se encontró la actual gestión económica cuando asumió era una muy abultada deuda del Tesoro que vencía entre los meses de agosto y octubre. Eran $2 billones que, si no lograba renovarlos voluntariamente, habría tenido que apelar a más emisión del Banco Central. Este exceso de pesos hubiera ejercido una fuerte presión en el mercado cambiario oficial y paralelo.
La “solución” que se le encontró al problema fue “patearlo” hacia junio – agosto de 2023 con un nuevo título público que pagará lo que haya rendido el dólar oficial o la inflación, lo que sea mayor.
La razón de esta fórmula que eligió el Ministerio de Economía es que el mercado venía mostrando disposición a renovar los títulos del Tesoro en pesos ajustando por inflación, pero a corto plazo. Tres meses cuando los montos eran importantes. Seis meses por montos menores.
Tal comportamiento del mercado respondía a que no quería exponerse al riesgo de una devaluación del tipo de cambio oficial superior a la inflación. De aquí entonces que el Ministerio de Economía decidió ofrecerles, a cambio de mayor plazo (un año), las dos alternativas (dólar o inflación), la que sea mayor. Los vencimientos de deuda continúan, por lo cual el interrogante es si seguirá aplicando esta misma fórmula.
¿Qué pasará a partir de mediados del 2023? Que esta deuda será impagable por medios genuinos y deberá apelarse a una emisión mayor a la que hubiera requerido en la actualidad dado que el compromiso de emisión futura crece con lo que se acelere la inflación o la devaluación, la que sea mayor. No parece una dinámica muy estable.
Pero, bueno, el problema está pateado, ahora a abocarse a los problemas de hoy.
Aquí aparece entonces que las reservas del Banco Central se desmoronan. Desde el 28 de junio que entra el 1º desembolso del FMI por US$ 4.000 millones, colocando las reservas en el orden de los US$ 42.000 millones, se llega al 1º de setiembre con US$ 36.500 millones. O sea se perdieron más de US$ 5.000 millones en 2 meses.
Este drenaje de reservas se produce porque con el dólar a $140, cuando el paralelo es de $280, la salida de dólares oficiales vía mayores importaciones y gastos en el extranjero supera la entrada de dólares que con el cepo se ciñe a los dólares de los exportadores. Nadie va a repatriar capitales a $140.
Se le dijo al complejo sojero que se le reconocerá un dólar de $200 sólo por setiembre. A los importadores y a los que gastan en el exterior se les sigue vendiendo dólares a $140. Esto potencia la emisión monetaria en el presente y mucho más en el futuro cercano.
Si el Banco Central sigue pisando las importaciones para preservar los dólares-soja va a generar una emisión que tenderá a 1 billón de pesos que resultan de comprar US$ 5.000 millones (lo que se espera obtener del complejo sojero) a $200. Esta es mucha emisión que va a presionar, en el último trimestre del 2022, sobre el dólar paralelo.
La alternativa es relajar esta presión del exceso de emisión absorbiendo pesos por venta de dólares-soja a los importadores. Pero esto gasta los dólares-soja y deja igualmente emisión monetaria. Será menos, $300.000 millones (US$ 5.000 x $60) pero se suma a la emisión que están generando los intereses de las Leliqs que en el mes de agosto fueron $345.000 millones. O sea, en el mejor de los casos, la operación dólar-soja duplicará la emisión que produjeron los intereses de Leliqs en agosto.
Bueno, no. Porque los $300.000 millones de emisión que deja el dólar-soja se pueden absorber con Leliq. Esto sería dar una “patadita” al problema con menos fuerza aun (noviembre y/o diciembre de 2022) cuando esa emisión absorbida venga vía intereses de Leliq.
Solo un botón de muestra de la potencia emisora del dólar-soja. Según los datos disponibles del Banco Central, el martes 6 de setiembre y miércoles 7 de setiembre, cuando se pone operativo el dólar-soja, la emisión monetaria por compra de divisas aumentó en $104.000 millones y las divisas netas por esa compra aumentaron US$ 423 millones. O sea, se generó cerca de $250 de emisión por dólar-soja neto obtenido.
Para tener una idea de magnitud: la emisión hecha en todo junio, que fue un buen mes de aumento neto de reservas por compra de divisas, que llegó a los US$ 1.000 millones, fue de $120.000 millones para comprar esas divisas. Más o menos lo mismo que la emisión que generó el dólar-soja en dos días.
Obviamente que esta fuerte emisión en el inicio del dólar-soja luego será absorbida con mayores importaciones o mayores Leliq. Pero esto implica consumirse los dólares-soja con más emisión por intereses de Leliq. No parece una dinámica muy estable.