La banda fue la aspirina que calmó el dolor que causaba el crawling peg en una economía muy distorsionada con bajísima productividad. Ahora hay que atacar la enfermedad.
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La estabilidad cambiaria trajo alivio frente a la inflación, pero también agravó los problemas de competitividad. Con poco margen para bajar impuestos, ¿se puede hacer algo con los tributos que más afectan la competitividad?
VEREn un contexto de estancamiento productivo, la alta inflación provocó una fuerte reducción de los salarios reales que es lo que permitió mantener el nivel de empleo. En el nuevo escenario de estabilidad, si no se avanza con las reformas estructurales, el ajuste vendrá indefectiblemente sobre el nivel de empleo.
VEREl Gobierno flexibilizó el régimen cambiario, la medida busca contener la presión sobre el dólar, pero su impacto en la economía real es limitado. ¿Alcanza con mover el tipo de cambio si no se avanza en las reformas estructurales que el Gobierno prometió?
VERLa cercanía del tipo de cambio al piso de la banda reduce su impacto inflacionario, pero aumenta los problemas de competitividad. Dado que es muy difícil bajar impuestos sin afectar el equilibrio fiscal, la solución es que los impuestos que erosionan la competitividad sean sustituidos por impuestos que no lo hacen.
VERLa flexibilización cambiaria es una respuesta sensata a una necesidad. Es probable que tenga un impacto negativo, pero controlado, sobre el proceso de desinflación y de recuperación de la producción y los ingresos. El aspecto más débil de los anuncios son las escasas referencias a las reformas estructurales del Acta de Mayo.
VERMilei dijo que los isleños querrán ser argentinos cuando seamos potencia. Pero, con este irracional sistema de muchos impuestos superpuestos cuya recaudación se reparte arbitrariamente con la coparticipación, nunca seremos potencia y ni loco los isleños van a querer ser argentinos.