Bajar el déficit fiscal usando la inflación es espurio, hipócrita y regresivo. Hay que hacer un ordenamiento integral del Estado.
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El gobierno muestra satisfacción con la baja del déficit fiscal y preocupación por la alta inflación. Esto es una incongruencia ya que gracias a la inflación es que se bajó el déficit fiscal. Más preocupante es que desde la oposición tampoco aparecen ideas superadoras respecto al uso de la inflación para ajustar las cuentas públicas. (más…)
VEREl cruce de acusaciones entre oficialismo y oposición sobre los responsables de la deuda y a quien le debería explotar la “bomba” se va del foco del verdadero problema. Los excesos de deuda y emisión monetaria son frutos de la crónica acumulación de déficits fiscales derivados de la mala organización del Estado. (más…)
VERFrente al descalabro fiscal nacional, el desempeño de las provincias es tomado como modelo a seguir. Sin embargo, la baja calidad de los servicios públicos demuestra que el ajuste fiscal no alcanza. Es necesario terminar con los déficits financieros y también de gestión a través de un ordenamiento integral del Estado. (más…)
VERCon una inflación superior al 94% es indudable que los agentes económicos ajusten los precios y el valor de los contratos para evitar el deterioro de sus ingresos. El problema está en cómo se llegó a una inflación tan elevada: no fue por inflación autoconstruida, fue (y es) por el desequilibrio fiscal. (más…)
VERCon la inflación en el entorno de los 3 dígitos se intensifican los debates sobre un nuevo régimen monetario que permita recuperar la estabilidad. Esto es tan pertinente como inconducente si simultáneamente no se implementan estrategias para ordenar integralmente al sector público. (más…)
VERActualmente, las provincias del norte tienen 22% de la población y reciben el 34% de la coparticipación. La CABA y la provincia de Buenos Aires tienen 45% de la población y reciben el 25% de la coparticipación. En Argentina nunca se va a rediscutir una nueva coparticipación.
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