Informe Nº: 11/08/2022
En las últimas semanas, se está discutiendo sobre los programas asistenciales que reciben las familias de menores ingresos y como se cree, que estos programas, incentiva notablemente a que las familias quieran tener más hijos.
La principal crítica recae en el programa AUH, que cobran las familias por cada hijo menor de 18 años que cumple con los requisitos preestablecidos.
Si se analizan los datos brindados por Cippec, para marzo del año 2022.
Del total de titulares de AUH, se observa que la mitad de los beneficiarios solo tiene 1 hijo, que solo un 7% tiene 4 hijos o más.
Esta misma estructura es la que se encuentra si se analizan los datos para el año 2018. Lo cual podemos concluir que no hay evidencia suficiente para pensar que la AUH trae incentivos a aumentar la tasa de natalidad.
Adicionalmente, en los últimos años, dicha tasa viene en descenso y no existen distinciones por rangos económicos.
Por ello, políticas como controlar la natalidad de los sectores marginados no solucionarían el problema de fondo y solo conseguiría vulnerar los derechos de la sociedad de tener la cantidad de hijos que deseen.
En consecuencia, es fundamental que centremos el foco en que: una transferencia económica solo es una medida temporal, una ayuda, un “parche”. La única forma de salir de la pobreza y vivir en condiciones dignas es teniendo acceso a empleos de calidad.
Generar un contexto económico favorable, tener seguridad jurídica, ordenamiento tributario, mejorar la infraestructura, instituciones laborales que no desalienten las contrataciones y fundamentalmente elevar los niveles educativos de la sociedad son algunos de los ejes que hay que centrar el debate para poder disminuir la informalidad laboral, aumentar la productividad económica y tener menos familias pobres.