Informe Nº: 77814/10/2018
Una de las derivaciones más preocupantes de la crisis es la pérdida de empleos. Hay formas de evitarla. Una herramienta que demostró alta eficacia es la que aplicó Alemania en la crisis del 2008 posibilitando que las empresas más pequeñas puedan apartarse del convenio sectorial y negociar con sus trabajadores a nivel de empresa. La […]
La volatilidad cambiaria, las muy elevadas tasas de interés y la aceleración inflacionaria están provocando una severa tensión sobre las pymes. Aunque los últimos datos oficiales sobre empleo asalariado privado registrado (junio 2018) no muestran pérdidas importantes, es previsible que si la recesión se prolonga la destrucción de empleos se acelere.
Las condiciones fiscales y monetarias (donde entre el déficit fiscal y los bonos de muy corto plazo del Banco Central prácticamente igualan la cantidad total de dinero en poder del público), dejan poco espacio de maniobras para relajar al ahogo financiero de las empresas. De aquí que urge pensar en herramientas innovadoras que morigeren los impactos sociales de la crisis y preparen las condiciones para una rápida recuperación.
Las estrategias aplicadas por Alemania durante la crisis del 2008 resultan muy aleccionadoras. Para ver estos resultados, se puede apelar a datos del “Employment Outlook 2018” de la OECD. Según esta fuente, entre los años 2007 y 2017 se observa que:
Estos datos muestran con contundencia el mucho mejor desenvolvimiento del mercado de trabajo alemán desde la crisis del 2008 hasta la actualidad. Esta mayor generación de empleos explica que la desocupación en Alemania esté por debajo del 4% mientras en Italia la tasa de desempleo es del 11% y en Francia del 9% de la población activa. Se trata de evidencias muy reveladoras porque surgen de la comparación entre los tres países más grandes de la Unión Europea que además tienen estructuras económicas comparables.
¿Qué es lo que ayudó a Alemania a cuidar y luego multiplicar sus empleos? Si bien operan varios factores, un estudio publicado en la revista Journal of Economic Perspectives con el título “Del hombre enfermo de Europa a la superestrella: la resurrección económica de Alemania” identifica los más importantes. Allí se señala que lo distintivo de Alemania es su modelo de negociación colectiva. Si bien los tres países tienen convenios colectivos sectoriales, en Alemania se contempla la denominada “cláusula de apertura”. Esta regulación habilita, siempre que medie el acuerdo del empleador con todos sus trabajadores, a apartarse del convenio sectorial y negociar un convenio a nivel de empresa. Se trata de una modalidad muy utilizada por las empresas unipersonales, familiares y sociedades de hecho para adaptar la organización del trabajo y remuneraciones a sus posibilidades. Lo más interesante es que un instrumento ideado para afrontar crisis resultó ser igualmente muy eficaz para promover el empleo luego de superadas las crisis.
En la Argentina también prevalece un modelo de negociación colectiva sectorial como en estos países europeos. Únicamente las grandes empresas tienen la posibilidad de solicitar un convenio por empresa. Si se adoptara una regla similar a la de Alemania, en Argentina se le podría dar la misma posibilidad a las pymes. A través de acuerdos entre el empleador y todos sus trabajadores, con la homologación de la autoridad laboral local, las empresas más chicas podrían negociar reglas internas específicas para preservar empleos en la crisis y facilitar su creación en la fase de recuperación.
El Congreso ha demostrado ser incapaz de avanzar en modernizar las regulaciones laborales. Frente a las urgencias que imponen la crisis apremia buscar soluciones más simples e innovadoras. Una de ellas es permitir que empleadores y trabajadores acuerden reglas al interior de las empresas que contribuyan a cuidar los empleos.