Informe Nº: 12/07/2024
Si el gobierno mata el impuesto PAIS, mata los gemelos. Parece que eliminarlo, como prometió el Presidente y el Ministro de Economía, es complicado. Pero no lo es tanto.
Por Jorge Colina, Presidente de IDESA
En la teoría macroeconómica, los superávits gemelos permiten el control de la política monetaria. Esto es, el Banco Central deja de ser el “prestamista bobo” del Tesoro nacional y pasa a actuar de manera independiente concentrándose en mantener baja la inflación.
El gobierno entiende que controló la macroeconomía a raíz de que ha logrado superávits gemelos. Esto es, superávit comercial (más exportaciones que importaciones) y superávit fiscal (más recursos públicos que gasto público).
Veamos. Entre enero y mayo del 2023, el balance comercial era rojo en US$ 2.700 millones; en el mismo período del 2024 pasó a ser positivo en US$ 8.800 millones. No se puede negar que es impresionante. En los primeros 5 meses del año se logró una reversión del déficit comercial equivalente a US$ 11.500 millones.
Resultado fiscal. Entre enero y mayo del 2023, el resultado financiero del sector público nacional era rojo en $ 9,2 billones a precios del 2024; en el mismo período del 2024 pasó a ser positivo en $ 2,3 billones. No se puede negar que es impresionante. En los primeros 5 meses del año se logró una reversión del déficit fiscal equivalente a $ 11,5 billones.
Bueno, la reversión de déficit a superávit comercial se logró por un incremento de 13% en las exportaciones y una caída del 26% de las importaciones.
Aquí hay que tener en cuenta las distorsiones del régimen cambiario argentino. Se está en la paradoja de que el dólar de los importadores es más alto que el de los exportadores. Porque a los $900 del dólar oficial hay que colocarle los aranceles de importación (14% en promedio) y la tasa estadística (3%); pero desde diciembre del 2023 hay que ponerle el impuesto PAIS (17,5%). O sea, que el dólar de importación no es $ 900; es $1.200.
Esto es un 35% más alto que el dólar oficial y, por eso, las importaciones cayeron 26%.
Tener un tipo de cambio exportación bajo y uno de importación alto es un régimen cambiario propio de una economía autárquica. Lejos de la economía abierta que el Presidente sueña para la Argentina. Con este régimen cambiario, se castigan la exportación y la importación, a la vez. Esto hace que la sociedad produzca menos y consuma menos. Ergo, superávit comercial.
O sea, se logró superávit comercial gracias al impuesto PAÍS.
Por el lado del superávit fiscal, se dijo al comienzo de esta nota que entre enero y mayo del 2024 fue de $ 2,3 billones. Esto se logró casi enteramente por caída real del gasto público. Es decir, el gasto público creció por debajo de la inflación mientras que los ingresos públicos crecieron casi como la inflación.
El tema es que los ingresos públicos cayeron $ 3,8 billones en términos reales con relación al mismo período del año anterior; con excepción, de los derechos de exportación (+ $ 1 billón) y el impuesto PAIS (+ $ 2 billones), que compensaron la caída de los otros ingresos.
O sea, se logró superávit fiscal gracias al impuesto PAIS.
Si el gobierno mata el impuesto PAIS, mata los gemelos. Porque aumentarían las importaciones y caerían los ingresos públicos.
Parece que eliminar el PAIS como prometió el Presidente y el Ministro de Economía es complicado. Pero no lo es tanto.
Lo que hay que hacer es abordar un ordenamiento integral del Estado, que no es otra cosa que implementar la flamante Acta de Mayo.
El objetivo es apuntar a un Estado financieramente sustentable financiado con impuestos simples y no distorsivos y una organización funcional de los tres niveles de gobierno donde cada cual atienda su juego. Esto es, la Nación se encarga de lo inter-provincial. Las provincias con sus municipios de lo intra-provincial.
Básicamente se trata de simplificar unificando los 3 impuestos a las ventas (IVA, Ingresos Brutos y tasas municipales), los 2 impuestos a la propiedad (Bienes Personales e Inmobiliario y Automotor) y los 2 impuestos a los ingresos (aportes personales y ganancias personales). Así, se forman sólo 3 impuestos: uno a las ventas, otro al patrimonio y otro a los ingresos.
Eliminar la coparticipación y que las provincias con sus municipios se queden con todo el impuesto a las ventas y a la propiedad generado en su territorio. Que el Estado nacional se financie con los impuestos a los ingresos personales, a las sociedades y las contribuciones patronales; y que elimine los impuestos al comercio exterior para maximizar la inserción de la economía argentina en el comercio internacional (el sueño del Presidente).
Con esta distribución de impuestos, el Estado nacional puede bajar sostenidamente el gasto retirándose de toda función provincial y municipal dado que las provincias y los municipios tendrán los recursos para hacerse enteramente cargo de las funciones que son de ellas.
Esto no es otra cosa que una distribución federal de impuestos y de funciones entre los tres niveles de gobierno (Nación, provincias y sus municipios).
Fuente: el economista