Devaluación
El principal desafío para el nuevo presidente es equilibrar las cuentas públicas. No es un planteo explícito de la ciudadanía, pero está implícito en el creciente rechazo hacia el peso argentino. Esto se manifiesta en la urgencia por comprar mercaderías o dólares para desprenderse de los pesos a fin de protegerse de la alta inflación. (más…)
VERA pesar de que la situación monetaria y de reservas es mucho más sólida que en las crisis del 2018, el Banco Central no defendió el peso luego del sorpresivo resultado de las PASO. Ante la estampida del dólar, el gobierno trató de compensar con reducción de impuestos y aumento del gasto social potenciando la incertidumbre. (más…)
VERLas devaluaciones del tipo de cambio oficial muy por debajo de la alta tasa de inflación han llevado a la paradoja de que la moneda argentina sea la que más se aprecia en el mundo. Este es el preanuncio de una gran devaluación. Lo relevante no es tanto quién tomará la decisión –si el actual o el próximo gobierno– sino si se reconstruirán las instituciones y se mejorará la calidad del Estado para que quepa la esperanza de que esta sea la última y no una más dentro de la historia argentina.
VERA partir de la salida de la crisis del 2002 el empleo privado registrado experimentó un fuerte crecimiento. El proceso no fue sustentable porque estuvo asociado a la licuación de salario real que produjo la mega devaluación. Prueba de ello es que la generación de empleos se fue debilitando a medida que las remuneraciones recuperaron poder de compra. Actualmente, la única fuente de creación de empleo formal es el sector público. El empleo público improductivo e innecesario agrava los problemas ya que aumenta el déficit fiscal y degrada la calidad del Estado.
VERLa devaluación produjo un aumento extraordinario de la recaudación impositiva. Pero el incremento del gasto público fue mayor debido a una fuerte expansión de los subsidios económicos. Como era previsible, los intentos de reeditar el “modelo” están fracasando porque ahora es más difícil licuar salarios y jubilaciones en comparación con la experiencia del año 2002. Pero fundamentalmente porque el deterioro que acumulan las empresas de servicios públicos obliga a compensar el aumento de costos que produce la devaluación con mayores subsidios del Estado.
VEREl “modelo” instaurado a partir del año 2003 se basó en los superávits gemelos (fiscal y externo). Como ambos estuvieron sustentados en la licuación de salarios reales que produjo la mega-devaluación, la economía perdió impulso cuando las remuneraciones recuperaron el nivel previo a la crisis. Para restablecer el “modelo” se requiere no solo devaluar sino también lograr que los aumentos de salarios sean inferiores a los del dólar y la inflación. Una alternativa socialmente más promisoria para crecer sin deteriorar las remuneraciones reales es impulsar políticas públicas que promuevan la productividad y la competitividad.
VERLa diferencia entre la cotización del dólar paralelo y el oficial sigue aumentando. En el diagnóstico oficial subyace la idea de que es un fenómeno transitorio y de poca importancia. Sin embargo, la historia argentina brinda evidencias concretas de que brechas de este nivel no son sostenibles y que su reducción nunca se produjo vía baja del tipo de cambio paralelo sino fuertes aumentos sobre el tipo de cambio oficial. La mega devaluación del tipo de cambio oficial corrige las distorsiones producidas por las malas políticas económicas, pero con ajustes sociales muy costosos ya que involucran la caída del salario real.
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