La gente le escapa a los pesos argentinos - IDESA

Informe Nº: 83227/10/2019

La gente le escapa a los pesos argentinos

El principal desafío para el nuevo presidente es equilibrar las cuentas públicas. No es un planteo explícito de la ciudadanía, pero está implícito en el creciente rechazo hacia el peso argentino. Esto se manifiesta en la urgencia por comprar mercaderías o dólares para desprenderse de los pesos a fin de protegerse de la alta inflación. […]

La nueva administración tiene muchas emergencias que atender en un clima de alta inestabilidad cambiaria y financiera. Esto lleva a que la atención se centre en el nivel de las reservas internacionales. Causa alta preocupación que, antes de las PASO, las reservas brutas eran de U$S 66 mil millones y se llegó a las elecciones de primera vuelta con unos U$S 46 mil millones. En apenas 2 meses se perdieron U$S 20 mil millones de reservas.

Ante esta dinámica, pululan las propuestas para endurecer el “cepo” a la compra de dólares oficiales. Las iniciativas van desde reducir los cupos que hoy tienen los pequeños ahorristas, hasta desdoblar el mercado cambiario. Es decir, prohibir las compras de dólares oficiales para ahorro y turismo y concentrar su uso para financiar importaciones. Propuestas más drásticas apuntan a reeditar el “Plan Bonex”, es decir, canjear las LELIQ –que respaldan los plazos fijos de la gente– por un bono a más largo plazo, obligando a reprogramar la devolución de los plazos fijos. El elemento común de todas las alternativas es que su única meta es limitar la hemorragia, pero no van a las causas de la sangría.

Para entender por qué se agudiza el drenaje de reservas es recomendable observar cómo se comporta la tenencia de pesos argentinos por parte de la gente. Tomando el cociente entre los pesos que la gente tiene en efectivo, en cuentas corrientes y en cajas de ahorro y el Producto Bruto Interno (PBI) que mide el tamaño de la economía se observa que:

  • En diciembre del 2017 la cantidad de dinero en efectivo, en cuentas corrientes y en cajas de ahorro en poder de la gente representaba el 15% del PBI.
  • En diciembre del 2018 este mismo indicador bajó a 13% del PBI.
  • En octubre del 2019 está en el orden del 10% del PBI.

Estos datos muestran el creciente rechazo que tienen los ciudadanos por tener pesos argentinos en efectivo o en depósitos bancarios de disponibilidad inmediata. En un contexto de alta inflación, y creciente, la gente busca protección comprando rápidamente cualquier producto, en especial, dólares. Obviamente, que los mecanismos utilizados varían según se trate de una persona de muy bajos ingresos respecto de quien maneja grandes sumas de dinero. Pero más allá de la sofisticación del instrumento utilizado, la lógica es la misma: sacarse los pesos de encima para eludir el impuesto inflacionario.

La principal conclusión es que a la nueva administración se le han cerrado todas las vías de financiamiento del déficit fiscal. Por un lado, nadie está dispuesto a prestarle al Estado. La evidencia más clara es el “reperfilamiento”, una elusiva denominación que se usó para posponer el repago de los bonos públicos ante la negativa del mercado a refinanciarlos. Pero lo más grave es que la gente está manifestando que tampoco está dispuesta a aceptar más emisión monetaria. Sin posibilidad de tomar deuda y sin disposición de la gente a aceptar más emisión monetaria, los riesgos de hiperinflación son altos.

Intensificar el “cepo” cambiario, “reperfilar” las LELIQ y/o firmar un pacto social son paliativos. Ninguna de estas medidas, solas o combinadas, atacan el origen del problema que es la insolvencia terminal del sector público. En el mejor de los casos sirve para ganar tiempo mientras se toman medidas para revertir más de medio siglo de déficits fiscales sistemáticos. La única manera de evitar la hiperinflación es la solvencia fiscal. Para ello hay que abordar un estrategia integral de ordenamiento tributario, previsional y funcional del sector público.

Con una estrategia sólida y creíble de ordenamiento fiscal se puede convencer al Fondo Monetario Internacional (FMI) para que siga prestando plata y al resto de los acreedores para que acepten el “reperfilamiento“. Pero lo más difícil va a ser convencer al ciudadano común para que vuelva a confiar en el peso argentino. Esto es, convencerlo a que deje de comprar mercaderías en exceso o dólares para proteger sus ingresos de la alta inflación.

Compartir

Alta eficacia en la elaboración de informes para revelar información precisa sobre las más diversas áreas de investigación.
Consultanos sobre tu proyecto para brindarte las soluciones que tenemos a tu alcance.