El problema de Argentina no es el contexto internacional o el orden económico mundial, como dice el Presidente.
Importaciones
Se ha hecho rutina anunciar “récords” de recaudación impositiva que, más que una buena noticia, testimonian la intensidad del proceso inflacionario. En los últimos meses, la particularidad fue que el crecimiento de la recaudación se basó también en un inusual incremento de la recaudación de impuestos a las importaciones, a pesar de que las autoridades tratan de desalentar las compras en el exterior. Se trata de otra evidencia de que cuando la política económica es inconsistente, las trabas administrativas y los controles son cada vez más inefectivos y el ajuste vía devaluación del tipo de cambio oficial cada vez más inevitable.
VEREl muy buen desempeño de las economías latinoamericanas en los últimos años es generalizado. La causa principal es un contexto internacional inéditamente favorable. Por eso, que las importaciones en Argentina se estancaran es una mala noticia. No sólo porque el fenómeno está asociada a las prohibiciones oficiales, que son inconsistentes e insostenibles, sino porque también se está dando en Brasil, Chile y Uruguay. Esto podría ser un indicio de que el contexto internacional está desmejorando y la Argentina no se está preparando para enfrentarlo.
VERUno de los principales motores de la actividad económica es la fuerte demanda de Brasil. Coadyuvan a este proceso la integración económica y, fundamentalmente, la apreciación de la moneda brasileña. Sin embargo, por el vertiginoso ritmo al que suben los precios internos en Argentina, especialmente los costos laborales, esta ventaja está desapareciendo. En el año 2012, con pautas salariales del orden del 20%, los costos laborales argentinos medidos en reales brasileños superarán el promedio histórico. Este problema no se resuelve controlando importaciones sino sumando esfuerzos, públicos y privados, para elevar la productividad.
VERSe pretende justificar la política de multiplicar las restricciones sobre las importaciones con el argumento de que se protege la producción local. Se trata de una visión extremadamente cortoplacista y perniciosa. La experiencia internacional demuestra, con contundencia, que el progreso social está asociado a la generación de condiciones económicas internas que permitan producir en situaciones tan o más ventajosas que en el exterior. Esto no se logra con aislamiento económico sino facilitando la integración comercial con otros países.
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