Informe Nº: 05/05/2021
El ministro de Economía está siendo cuestionado por su decisión de avanzar en un esquema tarifario para la electricidad más racional desde el punto de vista fiscal. Lejos de proponer que los aumentos tarifarios golpeen a los sectores populares, el ministro señala que hay que segmentar las tarifas por niveles de ingresos. De esa forma, los hogares más acomodados pagarían el costo real de la energía y el subsidio se focalizaría en los hogares de menores recursos con tarifas sociales. Desde el ala política del Gobierno lo frenan con el argumento de que las tarifas es terreno de la política, y no de la economía.
Por Jorge Colina, Presidente de IDESA.
La calma en el dólar responde a medidas que se tomaron en la dirección correcta. Por caso, en lo que va del 2021 la asistencia del BCRA al Tesoro (emisión para cubrir el déficit fiscal) se frenó. En enero y febrero no hubo asistencia y en marzo y abril fue de $190.000 millones, que es menos del 10% de la base monetaria. El déficit fiscal también se redujo en el primer trimestre a la mitad de lo que fue en el mismo trimestre del año pasado. Esto le facilitó al Tesoro financiar sus vencimientos de deuda con títulos públicos.
El punto es que esta reducción del déficit fiscal del primer trimestre es transitoria. Se explica por un crecimiento extraordinario de los ingresos públicos que ya se apacigua en abril y por el retraso de salarios públicos y jubilaciones que crecieron sólo 31% interanual con una inflación del 40%. En lo que resta del año habrá demandas por recomposición salarial, las jubilaciones se van a ajustar por la regla de movilidad y, además, Anses tiene atrasadas casi la mitad de los otorgamientos de nuevas jubilaciones. El sistema previsional, en general, otorga regularmente unas 350.000 nuevas jubilaciones y pensiones por año. En 2020 se otorgaron apenas 190.000, producto de que la Anses cerró sus puertas por el confinamiento. En algún momento de 2021 se tiene que poner al día.
A su vez, el financiamiento del déficit vía emisión de títulos públicos ya está poniéndose más caro. En la última licitación del Tesoro, el mercado pidió un aumento de tasas, aun cuando se mostró bastante amigable. El mercado pidió una tasa de interés similar a la inflación por lo que el aumento de la tasa de interés se debió a que aumentó la expectativa de inflación. En otras palabras, no es que el mercado se puso arisco. Es el propio déficit fiscal el que hace subir la tasa de interés por las expectativas al alza de la inflación que produce.
En el mismo sentido, pensar que el BCRA puede atenuar el impacto inflacionario de la emisión, como lo hizo el año pasado, sacando dinero del mercado con Leliq y pases ya encontró sus límites. El stock de Leliq y pases es superior al total de depósitos a plazo fijo de los privados. Esto es consecuencia de que la bola de nieve de los intereses está creciendo. Creer que el mecanismo de las Leliq y pases puede ser indefinido es una equivocación porque la contrapartida son los plazos fijos, que tienen un límite.
Por todo lo anterior es que el ministro propone tomar medidas para reducir el déficit fiscal de manera permanente.
Una anécdota ayudaría a reflexionar al ala política del gobierno. En Uruguay se formó una alianza con una veintena de partidos de izquierda que ganó la presidencia y estuvo en el poder casi 15 años. Es el Frente Amplio. Cuando perdió fue por muy pocos votos por lo que se puede decir que se fue por la puerta grande. Entró con una pobreza de 32% y se fue con una pobreza de 8%. Evidentemente que es un proyecto político de envergadura y más que interesante. Bueno, el Frente Amplio nunca descuidó el déficit fiscal. Siempre lo tuvo controlado para así tener controlada la inflación. Esto es lo que lo hizo ganar tantas elecciones y reducir la pobreza.
La enseñanza del FA de Uruguay es que todo proyecto político sustentable debe pararse sobre el equilibrio fiscal. Más cuando dice estar a favor de los pobres.