Informe Nº: 09/12/2021
En la provincia de Buenos Aires hay 18 millones de habitantes (40% del país) de los cuales 12 millones están concentrados en el conurbano
Se presentó el libro “Una Nueva Buenos Aires para Renovar el Pacto de Unión Nacional” de la Editorial Nuevas Generaciones de Esteban Bullrich, Enrique Morad y quién escribe estas líneas. El libro es una propuesta a repensar Argentina partiendo de lo que hoy es uno de sus principales escollos al desarrollo: la disfuncionalidad de la provincia de Buenos Aires.
En la provincia de Buenos Aires hay 18 millones de habitantes (40% del país) de los cuales 12 millones están concentrados en el conurbano y los restantes 6 millones están esparcidos por innumerables ciudades y pequeñas localidades en la pampa húmeda del interior provincial. De los 12 millones concentrados en el conurbano, casi la mitad son pobres. Mientras que los 6 millones que viven en la pampa húmeda están entre los económicamente más productivos del país.
Los del conurbano tienen un peso electoral decisivo a nivel nacional, mientras que los del interior provincial están sub-representados políticamente. Esto hace que la agenda política a nivel del Congreso Nacional y de la Legislatura provincial tienda a estar dominada por las políticas de redistribución en desmedro de las políticas para la producción.
Siguiendo esta línea de análisis, se propone entonces transformar la provincia de Buenos Aires en 5 provincias que serían: Buenos Aires del Norte (con capital en San Nicolás), Buenos Aires del Sur (con capital en Bahía Blanca) y Buenos Aires Atlántica (con capital en Mar del Plata); al conurbano dividirlo en dos provincias que serían la Provincia de Lujan (con capital en Luján), con los partidos del norte y noroeste del conurbano, y la Provincia del Río de la Plata (con capital en La Plata) conformado por los partidos del sudoeste y sur del conurbano.
Las tres Buenos Aires que surgirían del interior de la provincia tendrían un perfil productivo y un Producto Bruto Geográfico (PBG) per cápita muy similar a Santa Fe, Córdoba, Mendoza y Entre Ríos, es decir, las provincias del centro que son las más productivas desde el punto de vista de la generación de valor agregado. De esta forma, se le daría representación política a los 6 millones de bonaerense que viven en lo que hoy es el interior productivo de la provincia y se aumentaría la representación política de las provincias del centro que son las más productivas a nivel nacional.
Con esa reorganización, se tendería a tener mayor consideración en la agenda de políticas públicas nacionales por las necesidades de los sectores productivos del interior.
La provincia de Lujan también tendría un PBG per cápita similar a las zonas más productivas. En cambio, la provincia del Río de La Plata sería la más rezagada dado que allí es donde hoy se encuentran los mayores déficits de desarrollo. De todas formas, con este cambio se podrían tomar políticas específicas de desarrollo sólo para esta provincia, dado que las otras tienen autonomía económica.
Obviamente que esta reformulación territorial lleva a un replanteamiento de la coparticipación federal de impuestos. De hecho, esta es la oportunidad de resolver la inequidad que la provincia de Buenos Aires sufre con la actual coparticipación. También es la oportunidad de cambiar las reglas en la relación nación y provincias para mejorar los incentivos a favor del desarrollo.
Habría que eliminar la coparticipación y en su lugar distribuir las potestades tributarias. Por ejemplo, establecer que todo el Impuesto a las Ganancias (hoy coparticipable) sea para el Estado Nacional y todo el Impuesto al Valor Agregado (IVA, hoy también coparticipable) sea para los Estados provinciales. El cambio no significaría ningún perjuicio para algunas de las partes porque recibirían la misma cantidad de recursos que vienen recibiendo con estos dos impuestos (5% del PIB para el Estado nacional y 7% del PIB para los Estados provinciales).
Donde sí habría un cambio fundamental sería en el ordenamiento tributario, porque se podría unificar el IVA con Ingreso Brutos haciendo un solo impuesto a las ventas, y los incentivos a los gobernadores, ya que para aumentar sus recursos fiscales tienen que aumentar el valor agregado de sus provincias. En otras palabras, los gobernadores dejarían de recibir los recursos fiscales desde “arriba” (la coparticipación) para empezar a generarlos desde “abajo” (el valor agregado de su territorio).
Obviamente que las provincias del norte argentino y la nueva provincia del Río de La Plata pueden no tener en la actualidad suficiente valor agregado para auto-financiarse. Por ello, para la transición se debería prever un Fondo de Convergencia a fin de garantizarles los recursos que vienen recibiendo y financiarles políticas de desarrollo productivo para fortalecer su capacidad de generación de valor agregado.
El cambio parece muy grande e irrealizable. Sin embargo, hay que empezar a rediscutir la organización política del país para rebalancear a favor de la representación de los sectores más productivos de Argentina. Mantener el camino actual, que es el de presionar por más redistribucionismo con la producción estancada, es garantizar la perseverancia de la