Informe Nº: 26/05/2021
Las evidencias señalan que el riesgo de contagio en las aulas es muy bajo. Sin embargo, las escuelas en algunos casos continúan cerradas y la situación en gran parte del país no se regulariza. Esto genera un enorme daño a los alumnos pobres por la limitada disponibilidad de computadoras en sus casas.
La situación actual pone en riesgo la continuidad de clases presenciales en todo el país, actividad que se ve amenazada constantemente. La propuesta continúa siendo que las clases se desarrollen principalmente de manera virtual, es decir, a través de computadora e internet con los docentes a distancia. Para evaluar las implicancias de este tipo de metodología pedagógica se puede apelar a algunos datos del INDEC. Según esta fuente, se observa que:
Esta información confirma que la educación en el 2020 no puede haber funcionado correctamente y en el 2021 las circunstancias no serían distintas. La enseñanza virtual puede llevarse a cabo sólo entre los niños y jóvenes de los hogares de mayores ingresos. Pero para prácticamente la mitad de alumnos que habitan los hogares pobres no es posible porque no cuentan con los medios para hacerlo. Es por esto que no se puede continuar debatiendo la presencialidad en las clases. Implica una enorme discriminación hacia los niños más humildes.
La prohibición a los niños y jóvenes de asistir a la escuela para evitar el contagio no está justificada por la evidencia. Sin embargo, las autoridades sanitarias y educativas nacionales intentan generar pánico en la población respecto a la salud de sus hijos y la convencen de que el beneficio de quedarse en la casa es mayor que el costo por las pérdidas de aprendizajes escolares.
Por otro lado, la evidencia señala que no tener clases tiene efectos negativos en los niños cuando son adultos. En el estudio “Los efectos de largo plazo de los paros docentes: evidencia de la Argentina” se señala que los niños argentinos que sufren los paros docentes tienen menores salarios y más falta de empleos cuando son adultos. Según esta investigación los estudiantes argentinos pierden medio año lectivo en su vida escolar por causa de los paros con consecuencias muy negativas para su futuro. Mantener cerradas las escuelas por el coronavirus tendrá análogas consecuencias concentradas en los hogares de menores ingresos.
El sistema educativo argentino ya estaba en crisis antes del coronavirus. Y analizando los resultados de las pruebas APRENDER realizadas en el 2018 se observa que mientras el 41% de los niños de nivel socioeconómico bajo alcanzó nivel de desempeño básico o menor en lengua, entre los niños de nivel socioeconómico alto solo el 9% alcanzó este nivel. Una situación análoga se da en matemática donde el 57% de los niños de nivel socioeconómico bajo alcanzó nivel básico o inferior mientras que entre los de nivel socioeconómico alto los porcentajes fueron del 22%. El confinamiento potenciará esta decadencia y desigualdad.