Lo mejor para el Garrahan es que el Estado nacional no se meta - IDESA

Informe Nº: 08/06/2025

Lo mejor para el Garrahan es que el Estado nacional no se meta

Para salvar al Garrahan hay que preservar y reforzar su autonomía administrativa y financiera, liberándolo de su subordinación financiera del Ministerio de Salud nacional.

Hospital Garrahan

El Garrahan es un hospital pediátrico de alta complejidad con niveles de excelencia en atención médica, formación de pediatras e investigación científica. A diferencia de otros hospitales públicos es un ente autárquico con independencia financiera y administrativa dirigido por un consejo de administración propio. Su base de financiamiento estatal es aportada en un 80% por el Estado nacional y un 20% por la CABA. Complementa sus ingresos con cobros en caso de que el paciente tenga cobertura de obra social o prepaga y también cuando es derivado desde los sectores públicos provinciales.

Según datos de la ejecución presupuestaria del Ministerio de Economía, en el 2024 el hospital Garrahan recibió desde el Ministerio de Salud $170.000 millones. En la web del Garrahan aparece que tratan 27.000 pacientes en internación por año. Esto hace un gasto por paciente en internación de $6.600.000. Como el promedio de días de estadía de cada paciente es de 6,34 días, el Ministerio de Salud nacional está asignando $1.000.000 por día de internación por paciente.

A esto hay que considerar que la Ciudad de Buenos Aires pone $250.000 más encima ya que el presupuesto público es 80% Ministerio de Salud nacional y 20% Ciudad de Buenos Aires.

Así las cosas, el Garrahan está recibiendo desde el Estado de manera automática un presupuesto anual de $1.250.000 por día de internación de cada paciente. Este es un monto de base, ya que luego el Garrahan consigue recursos adicionales por la gente con cobertura y los sectores públicos de salud provinciales cuando derivan pacientes.

Es muy difícil evaluar si esto es mucho, poco o más o menos porque se trata de una institución de muy alta complejidad que además de atención médica tiene actividades docentes y de investigación. Sin embargo, entre clínicas y sanatorios del sector privado, que también hacen docencia e investigación, los $1.250.000 por paciente por día es un monto razonable, tratándose de un monto de base al que luego se le colocan recursos adicionales.

Así las cosas, los profesionales del Garrahan denuncian que sus remuneraciones son muy bajas en relación a sus responsabilidades y carga de trabajo. No caben dudas que deben ser bajas porque en la medicina de Argentina, en general, la escasez de recursos es acuciante desde la pandemia. No sólo los médicos del Garrahan ganan por debajo de sus expectativas. También los médicos de los 1.550 hospitales públicos provinciales y los que trabajan en las 3.800 clínicas y sanatorios del sector privado están quejosos, porque ganan por debajo de sus expectativas.

La primera conclusión es que la malaria percibida por los médicos del Garrahan es extensiva a todos los médicos de la Argentina. La mala noticia es que no se resuelve con más plata (porque la Argentina es un país pobre y no tiene de dónde sacar más plata).

Se resuelve con mejor gestión.

Y aquí no se lo ocurre mejor idea al Ministerio de Salud que meterse a gestionar la plata del Garrahan, cuando el hospital es un ente autárquico con independencia financiera y administrativa dirigido por un consejo de administración propio. Agarra el Ministerio de Salud y se compromete a tomar asistencia todos los días a los que serían ñoquis para generar los excedentes que permitan mejorar la remuneración de los médicos.

Como los médicos no quedaron conformes con la propuesta, se les prometió un bono, como tampoco están conformes fueron a la Secretaría de Trabajo a una conciliación y así el Ministerio de Salud se metió en un berenjenal del que le va a ser difícil salir si no es poniendo más plata, que encima no va a dejar tampoco contentos a los médicos.

La salida

Si el hospital es autónomo, lo que corresponde es que los propios médicos asuman su administración para vender y cobrar más servicios y evitar que el empleo espurio (si lo hay) se lleve los escasos recursos del Garrahan.

Dadas las particularidades del Hospital Garrahan, que es de referencia nacional y autárquico, la mejor alternativa es dárselo en propiedad al grupo médico que hoy sostiene al hospital. Son ellos los que están en condiciones de pagar buenas remuneraciones combinando la excelencia médica con la excelencia en gestión.

El financiamiento debería provenir enteramente del cobro a las obras sociales y prepagas por las prestaciones brindadas a sus afiliados y desde las provincias por los pacientes sin cobertura que le deriven desde los hospitales públicos provinciales.

En otras palabras, para salvar al Garrahan hay que preservar y reforzar su autonomía administrativa y financiera, liberándolo de su subordinación financiera del Ministerio de Salud nacional.

No es con más plata del presupuesto nacional, y menos con injerencia del Ministerio de Salud nacional en la gestión del hospital, que salvarán al Garrahan.

Por Jorge Colina

Fuente: El economista

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