Informes Nacionales
El sector público nunca contó con tantos recursos y, paradójicamente, nunca acumuló tanto cuestionamientos de la sociedad a la calidad de los servicios que brinda. Desde familias que migran a la educación, la salud y la seguridad privada, hasta la organización para la auto-defensa o la auto-generación de electricidad con grupos electrógenos. Plantear como principio ideológico el tamaño del Estado es un camino inconducente. La calidad de vida de los ciudadanos depende de una gestión pública inteligente, transparente y profesionalizada.
VEREl colapso del sistema eléctrico nacional testimonia las consecuencias de haber perseverado en políticas populistas. Tarifas fijadas en valores artificialmente bajos exacerban el consumo y desalientan la inversión. Las inconsistencias se disimularon durante mucho tiempo gracias a la expansión de la capacidad de generación de electricidad en años anteriores. Pero consumidas las inversiones acumuladas en la década de los ´90 llegaron los cortes. Esto provoca enormes daños en la calidad de vida de las familias y en la productividad de las empresas.
VERLos 30 años de democracia se celebran en uno de sus peores momentos. La degradación institucional llegó al extremo de permitir la insubordinación policial que dio pie a graves hechos de vandalismo. La impericia en la gestión pública lleva a que cada vez se paguen más impuestos y a cambio los servicios del Estado sean cada vez peores, como por ejemplo los educativos. Ante el desamparo que genera el debilitamiento del Estado algunas familias apelan a los servicios privados, pero es una alternativa que no suple el rol de sector público y agrava las inequidades.
VEREl envío tardío de la Gendarmería a Córdoba desembocó en un caos con consecuencias muy graves en términos de disgregación social. Se trata de otro testimonio que demuestra que agrandar el sector público, sin sentido estratégico y aplicando precaria gestión, no sólo no garantiza mejores servicios públicos sino que, en muchos casos, los empeora. Para que el Estado opere como promotor de calidad de vida y equidad tiene que dejar de ser el ámbito donde diferentes actores pujan por la apropiación de fondos públicos y adoptar una gestión más profesional.
VEREl nuevo gabinete debuta impulsando otro aumento de impuestos. Aunque el argumento oficial es que se busca castigar consumos “suntuarios” que drenan divisas, en realidad es una continuidad del proceso que llevó la presión tributaria a niveles récords. Para reducir de manera genuina el déficit fiscal, la inflación y la fuga de divisas una estrategia alternativa es comenzar a desmantelar el perverso mecanismo de subsidios económicos a empresas públicas y privadas. Esto, además, permitirá preservar muchos empleos de calidad.
VEREl impresionante crecimiento del gasto público de los últimos años es la causa principal de la alta inflación y la inestabilidad cambiaria. Resulta curioso que las áreas del sector público que más contribuyen al desborde fiscal y donde más reformas se necesitan no fueron afectadas de manera directa por el cambio de gabinete. Sin un replanteo de las decisiones de gasto público tomadas con mucha demagogia, improvisación y poco sentido de responsabilidad no hay posibilidades de detener la pérdida de reservas y recuperar el crecimiento.
VERLa improvisación, el oportunismo y el poco profesionalismo con que se trata un tema de tanta seriedad y trascendencia para el futuro del país, como es el consumo de drogas y el narcotráfico, desnudan el profundo deterioro institucional que sufre la Argentina. Resulta notable el contraste con Chile donde la dinámica política ha logrado colocar al país en una senda de progreso económico y social sostenido. Las estrategias no son directamente trasladables a la Argentina, pero hay mucho para aprender de los éxitos del pequeño país trasandino.
VERApelando a un instrumento de excepción –un Decreto de Necesidad y Urgencia– el gobierno explicitó el acelerado crecimiento del gasto público. El déficit fiscal es un potente generador de inflación que provoca inevitables presiones sobre el dólar. Más allá de que se adopten paliativos, como oficializar el desdoblamiento cambiario, la cuestión más importante y compleja es ordenar las cuentas fiscales. Agotada la alternativa de seguir aumentando la presión tributaria, no queda otro camino que reducir los subsidios a empresas públicas y privadas.
VERLa permisividad para que un solo grupo económico lograra una exagerada concentración de medios de comunicación y las posteriores intervenciones intempestivas fundadas en corregir esta distorsión, demuestran la ausencia de un Estado moderno y eficaz. Los costos de esta degradación institucional son enormes. Por eso, un acuerdo político amplio debería apuntar a reconstruir el Estado poniendo énfasis en marcos regulatorios técnicamente bien diseñados y entes de control independientes y dotados de recursos humanos profesionales.
VERLa carencia de viviendas es un problema severo que perjudica la calidad de vida de muchos hogares. Esto explica las expectativas que genera el plan PROCREAR otorgando préstamos subsidiados con recursos previsionales a algunas familias elegidas por sorteo. Además de parcial e inequitativo, el plan acelera la aparición de una próxima crisis previsional como ya ocurrió con iniciativas similares en el pasado. Una solución genuina requiere eliminar la inflación para que se genere un mercado privado de créditos a largo plazo.
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