Pobreza
El principal factor que explica la peor distribución del ingreso de la Argentina con respecto a Europa es el mal funcionamiento del sector público. Por eso, para ser coherentes con la aspiración de lograr una mayor igualdad social, el camino no es presionar para no pagar el impuesto a las ganancias sino mejorar su aplicación, replantear prioridades en la asignación del gasto público y abordar un proceso estructural de modernización y profesionalización del Estado.
VERLas autoridades económicas desistieron de publicar la medición de la pobreza. Falsear las estadísticas oficiales es un acto de alta irresponsabilidad pública que desvía la atención de la cuestión principal. La polémica sobre cuántos son los pobres reduce la visibilidad de las regresivas consecuencias que tiene asociado el despilfarro del gasto público. Para reducir la pobreza es imprescindible dejar de manipular estadísticas y fundamentalmente revisar con mucho sentido crítico la forma en que se está administrando el Estado.
VERLa campaña electoral está dominada por los candidatos de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense. Esto se produce en un contexto de inédita concentración de fondos públicos en el nivel nacional con el grueso de los recursos gastados en beneficio de Buenos Aires. Sin embargo, las privaciones severas, como las que impone la pobreza, golpea más intensamente en el interior. Se trata de una costosa contradicción que contribuye a que en el debate electoral se eludan los temas más importantes, como la alta regresividad de los subsidios económicos.
VERLa política que mayor aceptación convoca es la Asignación Universal por Hijo. El oficialismo la reivindica como un gran logro y la oposición no presenta críticas, salvo formalidades como que no fue aprobada por ley sino por decreto. Ambos pasan por alto que, debido a su rudimentario diseño, probablemente esté promoviendo la reproducción intergeneracional de la pobreza más que un proceso sostenido de inclusión social. Las experiencias acumuladas localmente y de otros países sugieren que hay elementos de diseño y gestión que se deberían mejorar.
VERLos funerales de Hugo Chávez estuvieron cargados de consignas y discursos enalteciendo las transformaciones que se implementaron en Venezuela. Pero las evidencias muestran que los logros en Venezuela, en términos de progreso social, fueron modestos. Por ejemplo, Chile y Uruguay, más allá de las diferencias ideológicas de sus gobiernos, muestran mejores resultados a partir de ideas progresistas que combinan progreso social con racionalidad económica y respeto a las instituciones. El populismo de Venezuela, por el contrario, redistribuye ingresos sin reparar en su sustentabilidad.
VERAunque la mejora en la distribución del ingreso es un objetivo que goza de amplios consensos, el INDEC confirmó que se mantiene un elevado nivel de inequidad. Un factor clave como determinante de las desigualdades sociales, además de las diferencias en los ingresos individuales, es el tamaño más grande de las familias pobres. En este aspecto, la mala calidad de las intervenciones estatales contribuye a potenciar las desigualdades, cuando por defecto de diseño y gestión inducen aumentos en la natalidad entre los hogares de más bajos ingresos.
VERLa maternidad temprana no sólo condiciona la calidad de vida de la madre joven sino que, además, aumenta las probabilidades de que sus hijos abandonen la escuela. Esto convierte a la maternidad temprana en un poderoso factor de reproducción intergeneracional de la pobreza. La Asignación Universal por Hijo, al establecer que los niños son la puerta de ingreso al asistencialismo, induce, junto con otros factores, a la maternidad temprana. Por esto, es fundamental una revisión crítica de la Asignación Universal por Hijo fortaleciendo su rol como generador de capital humano en lugar de operar como incentivo no deseado a la maternidad juvenil.
VEREl proyecto de presupuesto 2012 mantiene las debilidades técnicas y la falta de transparencia que caracteriza a la administración fiscal de los últimos años. Sin perjuicio de esto, alcanza para explicitar que no está en los planes del gobierno corregir el descontrol y la falta de racionalidad de los subsidios a empresas públicas y privadas. Se sigue priorizando este regresivo mecanismo que potencia la corrupción, el centralismo y la redistribución regresiva del ingreso, incluso en desmedro de una de las principales acciones asistenciales establecida por el Gobierno y compartida por la población, como la Asignación Universal por Hijo.
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