¿Tan importante era llegar a un acuerdo con el FMI? - IDESA

Informe Nº: 31/01/2022

¿Tan importante era llegar a un acuerdo con el FMI?

Las negociaciones entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) ocupan titulares en diarios y medios de comunicación.

30-1-2022-Guzmán

Por Virginia Giordano. Coordinadora del equipo de investigación de Idesa.

El ciudadano común mira con incertidumbre sin entender bien que es lo que está en juego. Como ya ocurrió en varias de las muchas negociaciones que hubo en el pasado el gobierno argentino trata de darle a la negociación un contenido épico. Esto agrega confusión y ansiedades.

Como era de esperar, se llegó a un acuerdo porque a ninguna de las partes le convenía que Argentina entre en default. Al FMI porque es uno de los principales deudores de su cartera. A la Argentina porque agrega incertidumbre en una economía extremadamente débil.

Según el gobierno uno de los principales puntos de desacuerdo con el Fondo es el sendero fiscal. Dicho de manera menos elíptica el desacuerdo seria sobre la velocidad con la que se reduce el déficit fiscal. El planteo del gobierno es que quiere tener un déficit fiscal más alto que el que sugieren los funcionarios del FMI. La pregunta pertinente es si les conviene a los argentinos que el gobierno tenga un desequilibrio en las cuentas públicas más alto.

Gastar por encima de los ingresos obliga a emitir deuda pública o a emitir dinero. Esto es lo que la Argentina viene haciendo al menos en los últimos 60 años. Gobiernos con orientaciones políticas muy diferentes sistemáticamente gastaron por encima de sus ingresos. Esta es la principal razón de la alta inflación, exceso de endeudamiento y larga decadencia. También explica   las 21 operaciones de crédito firmadas por Argentina con el Fondo en los últimos 60 años. Tener un promedio de una operación cada tres años hace insostenible el argumento de que hay un ensañamiento del FMI contra la Argentina, y desnuda la insistencia de la Argentina en buscar que el FMI le financie su “política de Estado” de gastar por encima de sus posibilidades.

El acuerdo con el FMI no resuelve el problema. Lo único que logra Argentina es sacarse de encima los vencimientos de los próximos meses. Pero fondos frescos para el déficit fiscal no vendrán del FMI, ni del mercado privado porque se haya firmado con el FMI. Por lo tanto, todo el déficit hay que cubrirlo con el muy limitado acceso al crédito que viene logrando el gobierno en el mercado interno y, la mayor parte, con emisión. Esta situación deja claro que reducir el déficit fiscal es una meta fundamental, no porque lo imponga el FMI, sino porque es lo mejor para los argentinos.

Aunque sea el tema que todos hablan y que el gobierno lo asume como épico, el arreglo con el FMI es un paso relativamente menor y simple frente a los enormes desafíos que enfrenta la economía argentina.

Alcanza con analizar la dinámica exponencial de las Leliq y los pases (que son los instrumentos que usa el Banco Central para sacar del mercado los pesos que se emiten por encima de lo que la gente quiere) para entender que se necesita mucho más que un acuerdo con el FMI difiriendo vencimientos. El tema de fondo es que la estrategia del gobierno para controlar la inflación no es sostenible en el tiempo porque las Leliq y pases pagan intereses. Al principio, los intereses representan una proporción menor del crecimiento de Leliq y pases, pero a medida que aumenta el stock, los intereses se acrecientan. Por eso, los analistas advertían tener cuidado con estos instrumentos porque llega un momento en que se convierten en una “bola de nieve”. En lo que va de este año, se observa que el stock de Leliq y pases creció 4,2% del PIB y los intereses de estos dos instrumentos fueron de 3% del PIB. O sea, el 70% del crecimiento del stock se explica por los intereses, la “bola de nieve” ya se formó.

¿Un default hubiese tenido consecuencias para Córdoba y las provincias? No muchas. Un default complicaría aún más el ya limitado acceso al crédito internacional y préstamos de organismos multilaterales como el BID y la CAF. En cambio no resolver el problema del déficit fiscal, si tiene graves consecuencias, ya que probablemente nos lleve a un escenario de estanflación, con profundos desequilibrios económicos que llevan a una fuerte presión inflacionaria y a la caída de la economía.

Esto lleva a enfatizar que el tema central no es negociar con el FMI, sino avanzar en un ordenamiento integral del Estado, en sus tres niveles de gobierno. Esta es la manera de recuperar sostenibilidad fiscal y gerenciamiento público profesional que brinde servicios del Estado de mucha más calidad. Se trata de una tarea mucho más desafiante que negociar con el FMI.

Fuente: Perfil

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