Informe Nº: 84129/12/2019
Reactivar la producción impulsando el consumo interno es inconsistente con la estrategia de cuidar los pocos dólares disponibles. Apenas suban los salarios aumentarán las importaciones y los dólares se esfumarán. Para salir de esta encrucijada es necesario crear un entorno más favorable a las exportaciones. El gobierno nacional dispuso, por un lado, convocar a un […]
El gobierno nacional dispuso, por un lado, convocar a un Pacto Social para sentar las bases de un acuerdo que permita recuperar el salario real como impulsor del consumo y del crecimiento. Por el otro, instrumentó el impuesto del 30% sobre la adquisición de dólares para atesoramiento y viajes y compras en el exterior. La meta es administrar de manera cuidadosa los escasos dólares disponibles en el mercado oficial de cambios. La pregunta que cabe hacerse es: ¿Son estas acciones consistentes?
La fuente genuina de dólares que tiene el mercado oficial son las exportaciones de bienes y servicios. Las principales salidas de dólares del mercado oficial son las importaciones de bienes (maquinas, repuestos, insumos y bienes de consumo) y servicios (turismo en el extranjero y servicios digitales, incluyendo entretenimientos como Netflix, Spotify, etc). Con el impuesto del 30% se apunta a desalentar la adquisición de los servicios en el extranjero. De esta forma, se busca priorizar el uso de las divisas para financiar las importaciones de bienes de capital, repuestos e insumos que demanda la reactivación.
Estos cambios se van a aplicar sobre una economía que viene haciendo un fuerte ajuste. En este sentido, según datos del INDEC, entre el 3° trimestre del 2017 (antes que se desatara la crisis) y el 3° trimestre del 2019 (último disponible) se observa que:
Estos datos muestran que desde el comienzo de la crisis cambiaria las exportaciones de bienes y servicios se mantuvieron estables, mientras que las importaciones experimentaron una abrupta caída del orden de los U$S 6 mil millones (-27%). De una situación deficitaria se pasó a una superavitaria gracias a la fuerte caída en las importaciones de bienes y servicios. Para ello, fue clave la recesión liderada por la caída en los salarios. El indicador más ilustrativo es la brusca reducción del salario del sector privado medido en dólares (-40%). En otras palabras, el déficit en el sector externo se corrigió gracias a la reducción de las importaciones asociada a la recesión.
Aspirar a subir los salarios en el actual contexto llevaría a hacer el recorrido inverso. Mayores salarios harán recuperar el consumo y aumentar las importaciones que, con exportaciones estancadas, fatalmente terminará en crisis por insuficiencia de dólares. En otras palabras, el objetivo de aumentar los salarios, dinamizar el consumo interno y así reactivar la economía es inconsistente, debido a la baja generación de divisas por la muy limitada capacidad exportadora de la Argentina.
El “cepo” y el impuesto del 30% a los servicios en el exterior podrán disimular transitoriamente la falta de dólares, pero no resuelven el problema de fondo. Por el contrario, potenciado con otras medidas –tales como elevar los impuestos a las exportaciones y suspender la baja del Impuesto a los Ingresos Brutos– empeoran la situación porque aumentan el desaliento a las exportaciones. En este marco, el Pacto Social no tiene posibilidades de promover mejoras en los salarios. De hacerlo, induciría aumentos de importaciones inconsistentes con los pocos dólares oficiales disponibles.
Aunque en las declamaciones se plantean objetivos grandilocuentes, el rol del dialogo social, como mucho, puede llegar a ser la moderación de las demandas sociales para que de manera pacífica y equitativa se encuadren dentro de los estrechos límites que impone la crisis. Para salir de la emergencia y la decadencia es necesario generar más dólares aumentando las exportaciones. Para ello es clave abordar un profundo ordenamiento del Estado en los tres niveles de gobierno (Nación, provincias y municipios). Esta es la única manera de generar un contexto más amigable con la inversión y las exportaciones.
Para más información, puede comunicarse con el Economista Jorge Colina. Mail: jcolina@idesa.org Tel: +54 9 11 4550 6660