Hay que empezar a ajustar las jubilaciones mensualmente y por inflación - IDESA

Informe Nº: 16/02/2024

Hay que empezar a ajustar las jubilaciones mensualmente y por inflación

En diciembre de 2023, las jubilaciones eran 30% inferiores a las de diciembre de 2019 (cuando asume el anterior Gobierno). En enero, con una inflación del 20%, la caída es de 40% y en febrero, suponiendo una de 15%, la caída será de 50%.

LA MITAD DE LOS JUBILADOS COBRA EL HABER MINIMO - Lo Justo y Necesario

Por Jorge Colina

Los países normales tienen muy baja inflación. No más de 2% – 3% anual. A la salida del Covid muchos países desarrollados se fueron a inflaciones de 8% – 10% anual, cosa que la tomaron como una grave anormalidad que los llevó a tener agresivas políticas anti-inflacionarias para volver a la normalidad de las tasa del 2% – 3% anual.

Por esta razón el índice de movilidad jubilatoria no genera ninguna discusión, inquietud y menos preocupación. Las jubilaciones en los países con baja inflación se ajustan por inflación (Francia, Italia, Canadá), por salarios (Alemania, Suecia, Noruega), o una combinación de ambas (Finlandia ajusta 20% por salarios y 80% por inflación).

Los únicos países avanzados que tienen índices de movilidad son España, que tiene un índice de movilidad anual para garantizar el equilibrio presupuestario en el sistema previsional, y Portugal que combina precios con crecimiento del PIB. Igual, no genera ninguna controversia porque la inflación en esos países es baja.

En Argentina, una tasa de 3% se considera normal en la medida que sea mensual, porque anual es impensado que ocurra. Pasó en la década de los ’90 que se erradicó por completo la inflación pero fue intolerable para la dirigencia política por la disciplina fiscal y el orden de las cuentas públicas que exige vivir sin inflación. 

Claro, el tema es que una tasa de 2% – 3% mensual hace tasas de inflación anual de 27% y 42%, respectivamente. Entonces, esto hace que la discusión sobre cómo se ajustan las jubilaciones pase a ser relevante y si la inflación anual es de 254% (como es a enero de 2024) la discusión por la movilidad jubilatoria es un aquelarre.

La razón es simple: con inflación tan alta, resulta fácil y tentador -para las autoridades económicas- jugar con la fórmula de movilidad para que las jubilaciones se licúen con la inflación.

Como las jubilaciones son el principal componente de gasto público (en todos los países, no sólo en Argentina), licuar jubilaciones manipulando la movilidad previsional es la forma más fácil que se encuentra para mantener controlado el gasto.

La fórmula de movilidad en Argentina

En Argentina, durante la convertibilidad no hubo inflación, por lo tanto, no hubo fórmula de movilidad. Cuando se sale de la convertibilidad, entre el 2002 y el 2008 no hubo fórmula de movilidad. El Gobierno de Néstor Kirchner daba aumentos discrecionalmente concentrados en la jubilación mínima. Por esta razón, se perjudicó a los que tenían jubilaciones  superiores a la mínima.

Muchos fueron a la justicia y allí la Corte Suprema dijo que el Congreso tiene que fijar una fórmula de movilidad. No dijo cuál, pero sí dijo que tiene que haber fórmula fijada por el Congreso.

Como en ese entonces (año 2008), el Indec estaba intervenido por el Gobierno para manipular las tasas de inflación, nadie creía en los números del Indec. Entonces no había medición oficial de la inflación creíble. Hubo que buscar una alternativa. Allí salió la idea de ajustar 50% por salario y 50% por los recursos tributarios que financian la Anses. Un invento puramente argentino porque argentina fue la idea también de dejar que la inflación suba y manipular los índices de inflación. El ajuste aquí se hacía cada 6 meses.

En el 2017, el Indec fue normalizado y volvió a haber índice de inflación creíble. El Gobierno de Cambiemos implementó la fórmula de 70% inflación y 30% salario, algo más acorde con lo que hacen países normales, y se pasó a que el ajuste sea cada 3 meses. El tema de la movilidad esta tan politizado que ir hacia una fórmula normal y salir del invento argentino trajo violentas protestas de opositores que tiraban piedras al Congreso sin saber siquiera cómo se calculaba la regla de movilidad que se estaba derogando.

En el 2019, asume Alberto Fernández, suspende la aplicación de la fórmula de movilidad del 70% inflación y 30% salarios y durante del 2020 aplica aumentos discrecionales. En diciembre del 2020 vuelve a traer la fórmula del 50% salarios, 50% recursos tributarios. O sea, volvió al invento argentino haciendo los ajustes cada 3 meses porque la inflación anual ya estaba por encima del 50%.

La cuestión es que cuando la inflación anual se va a 3 dígitos, una periodicidad de 3 meses en el ajuste provoca fuerte pérdida de valor real en las jubilaciones y si la inflación es de 2 dígitos mensuales la pérdida es muy profunda.

Así es como en diciembre de 2023, las jubilaciones eran 30% inferiores a las de diciembre de 2019 (cuando asume el anterior Gobierno). En enero de 2024 con una inflación del 20% mensual la caída es de 40% y en febrero, suponiendo que la inflación es 15%, la caída será de 50%. La razón es que los ajustes se hacen cada 3 meses. Habiendo 3 meses sin ajustes con tasas de inflación mensual de 2 dígitos, la licuación es muy fuerte. Tan fuerte que el Gobierno pudo mostrar un enero con superávit primario producto de esta licuación en las jubilaciones.

Lo que corresponde es volver a la normalidad. Esto es, ajustar las jubilaciones mensualmente con la inflación. Esto no significaría que las jubilaciones recuperen el valor real perdido, sino que detendría el profundo deterioro real que están sufriendo por la inflación galopante. En palabras llanas, ni siquiera tendría costo fiscal frenar esta escalofriante pérdida que está sufriendo el valor real de las jubilaciones.

Los países normales tienen muy baja inflación. No más de 2% – 3% anual. A la salida del Covid muchos países desarrollados se fueron a inflaciones de 8% – 10% anual, cosa que la tomaron como una grave anormalidad que los llevó a tener agresivas políticas anti-inflacionarias para volver a la normalidad de las tasa del 2% – 3% anual.

Por esta razón el índice de movilidad jubilatoria no genera ninguna discusión, inquietud y menos preocupación. Las jubilaciones en los países con baja inflación se ajustan por inflación (Francia, Italia, Canadá), por salarios (Alemania, Suecia, Noruega), o una combinación de ambas (Finlandia ajusta 20% por salarios y 80% por inflación).

Los únicos países avanzados que tienen índices de movilidad son España, que tiene un índice de movilidad anual para garantizar el equilibrio presupuestario en el sistema previsional, y Portugal que combina precios con crecimiento del PIB. Igual, no genera ninguna controversia porque la inflación en esos países es baja.

En Argentina, una tasa de 3% se considera normal en la medida que sea mensual, porque anual es impensado que ocurra. Pasó en la década de los ’90 que se erradicó por completo la inflación pero fue intolerable para la dirigencia política por la disciplina fiscal y el orden de las cuentas públicas que exige vivir sin inflación. 

Claro, el tema es que una tasa de 2% – 3% mensual hace tasas de inflación anual de 27% y 42%, respectivamente. Entonces, esto hace que la discusión sobre cómo se ajustan las jubilaciones pase a ser relevante y si la inflación anual es de 254% (como es a enero de 2024) la discusión por la movilidad jubilatoria es un aquelarre.

La razón es simple: con inflación tan alta, resulta fácil y tentador -para las autoridades económicas- jugar con la fórmula de movilidad para que las jubilaciones se licúen con la inflación.

Como las jubilaciones son el principal componente de gasto público (en todos los países, no sólo en Argentina), licuar jubilaciones manipulando la movilidad previsional es la forma más fácil que se encuentra para mantener controlado el gasto.

La fórmula de movilidad en Argentina

En Argentina, durante la convertibilidad no hubo inflación, por lo tanto, no hubo fórmula de movilidad. Cuando se sale de la convertibilidad, entre el 2002 y el 2008 no hubo fórmula de movilidad. El Gobierno de Néstor Kirchner daba aumentos discrecionalmente concentrados en la jubilación mínima. Por esta razón, se perjudicó a los que tenían jubilaciones  superiores a la mínima.

Muchos fueron a la justicia y allí la Corte Suprema dijo que el Congreso tiene que fijar una fórmula de movilidad. No dijo cuál, pero sí dijo que tiene que haber fórmula fijada por el Congreso.

Como en ese entonces (año 2008), el Indec estaba intervenido por el Gobierno para manipular las tasas de inflación, nadie creía en los números del Indec. Entonces no había medición oficial de la inflación creíble. Hubo que buscar una alternativa. Allí salió la idea de ajustar 50% por salario y 50% por los recursos tributarios que financian la Anses. Un invento puramente argentino porque argentina fue la idea también de dejar que la inflación suba y manipular los índices de inflación. El ajuste aquí se hacía cada 6 meses.

En el 2017, el Indec fue normalizado y volvió a haber índice de inflación creíble. El Gobierno de Cambiemos implementó la fórmula de 70% inflación y 30% salario, algo más acorde con lo que hacen países normales, y se pasó a que el ajuste sea cada 3 meses. El tema de la movilidad esta tan politizado que ir hacia una fórmula normal y salir del invento argentino trajo violentas protestas de opositores que tiraban piedras al Congreso sin saber siquiera cómo se calculaba la regla de movilidad que se estaba derogando.

En el 2019, asume Alberto Fernández, suspende la aplicación de la fórmula de movilidad del 70% inflación y 30% salarios y durante del 2020 aplica aumentos discrecionales. En diciembre del 2020 vuelve a traer la fórmula del 50% salarios, 50% recursos tributarios. O sea, volvió al invento argentino haciendo los ajustes cada 3 meses porque la inflación anual ya estaba por encima del 50%.

La cuestión es que cuando la inflación anual se va a 3 dígitos, una periodicidad de 3 meses en el ajuste provoca fuerte pérdida de valor real en las jubilaciones y si la inflación es de 2 dígitos mensuales la pérdida es muy profunda.

Así es como en diciembre de 2023, las jubilaciones eran 30% inferiores a las de diciembre de 2019 (cuando asume el anterior Gobierno). En enero de 2024 con una inflación del 20% mensual la caída es de 40% y en febrero, suponiendo que la inflación es 15%, la caída será de 50%. La razón es que los ajustes se hacen cada 3 meses. Habiendo 3 meses sin ajustes con tasas de inflación mensual de 2 dígitos, la licuación es muy fuerte. Tan fuerte que el Gobierno pudo mostrar un enero con superávit primario producto de esta licuación en las jubilaciones.

Lo que corresponde es volver a la normalidad. Esto es, ajustar las jubilaciones mensualmente con la inflación. Esto no significaría que las jubilaciones recuperen el valor real perdido, sino que detendría el profundo deterioro real que están sufriendo por la inflación galopante. En palabras llanas, ni siquiera tendría costo fiscal frenar esta escalofriante pérdida que está sufriendo el valor real de las jubilaciones.

Fuente: el economista

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